2009/11/08

> Berria: Homofobia > UGANDA: PREOCUPACION ANTE LA PREVISIBLE APROBACION DE LA LEY QUE CONDENARIA LA HOMOSEXUALIDAD A MUERTE O CADENA PERPETUA

  • Preocupación internacional ante la previsible aprobación en Uganda de la ley que condenaría a los homosexuales a muerte o cadena perpetua
  • Dos Manzanas, 2009-11-08 # Flick
Crece la preocupación internacional ante el proyecto de ley que se está discutiendo en estos momentos en Uganda y que previsiblemente supondrá un endurecimiento todavía mayor de su legislación contra las personas homosexuales, algunas de las cuales se enfrentarán a pena de muerte y el resto a cadena perpetua. Tanto los Gobiernos de Francia y el Reino Unido como varios miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos han expresado públicamente su preocupación.

En Francia, el ministerio de Asuntos Exteriores ha hecho público un comunicado en el que expresa “honda preocupación” y reitera su compromiso de “luchar por la despenalización de la homosexualidad en todo en mundo”. En parecidos términos se ha expresado el ministerio de Exteriores británico. En Estados Unidos, cuatro miembros de la Cámara de Representantes (tres demócratas y una republicana), han dirigido un escrito a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para que haga uso de su capacidad de influencia. “Se trata de una de las medidas contra la igualdad más extremas propuestas nunca por un país”, ha expresado la representante republicana Ileana Ros-Lehtinen.

Como adelantábamos hace unos días, la nueva ley crea el delito de “homosexualidad agravada”, que se aplicaría, por ejemplo, a los seropositivos que mantuvieran relaciones con personas de su mismo sexo. También se aplicaría cuando las relaciones homosexuales tuvieran lugar con personas discapacitadas o con menores de 18 años. En el resto de casos, se aplicaría la pena de cadena perpetua. Pero no sólo las personas homosexuales sería castigadas. Todos aquellos que las ayuden, así como cualquier persona que “promueva” la homosexualidad sería condenada a siete años de prisión, lo que haría imposible, por ejemplo, el trabajo de organizaciones internacionales de derechos humanos.

La iglesia anglicana de Uganda se lava las manos
Por lo que se refiere a la posición de las dos iglesias cristianas más importantes de Uganda, la católica y la anglicana (esta última perteneciente al sector más conservador del anglicanismo), y que juntas cubrirían a cerca del 80% de la población, lo único que ha trascendido hasta ahora es un documento de la iglesia anglicana de Uganda con fecha 6 de noviembre en el que manifiesta que “todavía no tiene una postura al respecto”.

El documento, que por un lado señala que la iglesia anglicana de Uganda se opone a la pena de muerte, por otro establece que “la práctica homosexual es incompatible con las escrituras” y señala que “es inmoral y no debe ser promovida, apoyada o aceptada de ninguna forma como un estilo de vida alternativo”.

> Iritzia: Rafael Ortega > LA HIPOCRESIA DEL PNV

  • La hipocresía del PNV
  • El Imparcial, 2009-11-08 # Rafael Ortega . Presidente de la Unión de Periodistas Católicos
Los dirigentes del Partido Nacionalista Vasco son hipócritas. Por lo menos eso se desprende de sus últimas declaraciones sobre el proyecto de la nueva Ley del aborto. Un partido que nació al amparo de la Cruz- “Dios y la Ley vieja” es el lema del PNV- ha perdido una vez más el norte y es capaz de dar el “si” a un atentado contra la vida.

Para esos dirigentes nacionalistas deben valer más unos presupuestos o unas diputaciones forales que la vida de un “solo” niño. Ya se sabe que muchos políticos tienen que desayunarse con sapos todas las mañanas, pero tragarse el del aborto es demasiado para un partido que siempre ha presumido de “sus antiguas raíces cristianas”, aunque, recordamos, que también en su día pudieron sus exigencias nacionalistas y fue incapaz de incorporase dentro de la democracia cristiana española en la internacional democristiana. Ellos siempre por libre. Por libre, menos cuando se trata de conseguir algo. Por eso venderán a bombo y platillo, pero con menos altavoz pues ya no tienen la ETB, su postura que justificarán con la condición que han puesto al gobierno es decir, que el texto recoja el hecho de “objeción de conciencia de los profesionales sanitarios a la práctica del aborto” y que conste inequívocamente “la comunicación a padres y tutores de las jóvenes de 16 y 17 años que opten por abortar”. La propuesta ha sido hecha por el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, que sabe de antemano que con esas premisas cuenta el PSOE para sacar la ley adelante.

Hipocresía al grado máximo que se ha visto desenmascarada por la propia Iglesia vasca, pues el obispo auxiliar de Bilbao, Mario Iceta, un hombre de gran futuro aunque le pese al ex-jesuita Arzallus , que les ha dicho a los nacionalistas que “esa postura contrasta llamativamente con la trayectoria del humanismo cristiano del partido y la contradice”. Como se esperaba al PNV le ha crecido el “hueso sacro” y la secretaria del ejecutivo, Belén Greaves, ha censurado que “la Iglesia vasca no criticase a Aznar, que gobernó ocho años con mayoría absoluta con una ley del aborto mucho peor, más permisiva y menos segura que la que se pretende hacer ahora y que en ningún caso se plantearon derogar”.

Habría que recordar a la señora Belén, por cierto que nombre más cristiano, que no acuda a los mismos argumentos que esgrime el socialismo, y que no trasforme una ley que atenta contra la vida, en una discusión de “tú más”. Si el PP no lo hizo o no lo hace bien, pues muy mal también, y además los cuatro primeros años del gobierno de Aznar el PNV apoyó al PP.

Es lo que decíamos, lo “del plato de lentejas”, además del enfado que hay en las filas peneuvistas por la posible llegada del obispo de Palencia, Monseñor Munilla, a la diócesis de San Sebastián. El hombre escogido por Roma para ver si de una vez por todas hay alguien que ponga a trabajar en serio a esa difícil diócesis. Munilla e Iceta son los hombres de futuro de la Iglesia vasca, aunque les pese a Urkullu y compañía, acostumbrados a los “golpes de pecho” en los santuarios de Begoña o Aranzazu, o a santiguarse cuando al subir por las faldas de Igueldo ven la pequeña capilla dedicada a la Virgen de Lourdes, “Lourdes Txiki”, o cuando las tradicionales regatas de traineras de la Concha pasan junto al monte de Urgull, en cuya cumbre está la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Así que, menos hipocresía y a “ponerse las pilas”.

> Iritzia: Roberto Lertxundi > EL PNV Y EL ABORTO COMO DERECHOS DE LAS MUJERES

  • El PNV y el aborto como derecho de las mujeres
  • El Diario Vasco, 2009-11-08 # Roberto Lertxundi . Senador por Euskadi
La decisión hecha pública por el EBB del Partido Nacionalista Vasco de apoyar el derecho al aborto libre en caso de embarazos no deseados (con matices y propuestas de enmiendas...) es de gran importancia y consolida definitivamente su laicismo. Es una demostración evidente de que los antiguos jeltzales están hoy más atentos a lo que opina y demanda la sociedad que a la Iglesia católica. Se cierra el círculo que abrió el PNV con su declaración de aconfesionalidad en 1977, dejando de lado el manto democristiano y afincándose en las tradiciones de humanismo aconfesional.

Desde dentro de la política vasca es un paso fundamental, porque siempre resulta más sencillo discutir con tus semejantes, con personas como cualquier otra, que con los representantes de la divinidad.

El actual PNV es muy distinto del de hace 30 ó 40 años, y aunque sus cambios de actitud y su evolución son paulatinos y silenciosos, sin debates previos que puedan afectar a su base social, es evidente que con decisiones como la expresada respecto al aborto se coloca estrictamente en el campo del humanismo democrático. Muy posiblemente, en posicionamientos como éste ha influido el cambio generacional entre sus dirigentes y en especial, el peso de mujeres muy cualificadas en su dirección.

Los obispos vascos han lamentado públicamente que el PNV dé por bueno que «el aborto es un derecho» y que a partir de ahí se centre en «modular cómo mejorarlo». Una decisión que contrasta llamativamente con su raíz cristiana originaria. Es una demostración paralela de la pérdida de influencia de la Iglesia católica en Euskadi. Su prestigio y su capacidad de liderazgo han disminuido y continúan en caída libre. Cada vez, como es lógico, su liderazgo se limita a su propia clientela, recorriendo el camino que le convierte en una entidad privada que ha perdido definitivamente influencia en el resto de la sociedad.

A nadie le gusta el aborto, que existan abortos, que haya mujeres que tengan que pasar por esa experiencia, siempre expresión de un fracaso. Los norteamericanos, tan dados a los estudios sociológicos, hace tiempo que respecto al aborto nos han dado como consolidadas dos opiniones socialmente extendidas: más del 70% de la población considera que hay un exceso de abortos y claramente se expresa a favor de la reducción del número de los mismos (en EEUU, 30% sobre el total de embarazos, en España un 18%).

Asimismo, más del 70%, cuando se les pregunta si el Estado debe inmiscuirse en la decisión de la mujer embarazada respecto a la interrupción de su gestación, considera que no, que es la mujer la que debe tomar la decisión sin interferencia de los poderes públicos y, por supuesto, sin temor a una posible sanción penal. Es decir, el mismo número de personas coincide en el deseo de minimizar el número de abortos y simultáneamente en la aceptación de la libre interrupción del embarazo por parte de la mujer gestante.

Los gobiernos del presidente Rodríguez Zapatero, en el poder desde 2004, han dudado en exceso sobre la conveniencia de tramitar una nueva ley de aborto, pero por fin se ha llegado a aprobar un proyecto de ley que ahora está en tramitación parlamentaria. El proyecto es el resultado de un proceso muy participativo que comenzó en una comisión de expertos, una subcomisión parlamentaria en el Congreso y la aportación de un anteproyecto sometido a la opinión de influyentes grupos sociales, científicos y profesionales, incluidas las asociaciones provida. Se ha sometido, asimismo, al dictamen del Consejo General del Poder Judicial, del Consejo Fiscal, de la Agencia de Protección de Datos, del Consejo de Estado y del Comité Nacional de Bioética.

Una ley que va a sustituir a la actualmente vigente, bajo la cual las mujeres en España han podido interrumpir, durante los últimos 24 años, los embarazos no deseados, pero en condiciones que ya no son aceptables:

1. La mayoría de los casos de aborto se han acogido al supuesto del peligro psíquico para la mujer. El hecho de que la decisión de las mujeres esté supeditada a terceros, a la obtención de un informe médico que lo justifique, limita el derecho de la mujer a la autonomía reproductiva y la coloca en situación de vulnerabilidad frente a las represalias de ex novios o ex maridos despechados y frente a las acciones obstruccionistas e inquisitoriales de la ultraderecha y el integrismo religioso.

2. Entre 1998 y 2007, 32 personas fueron condenadas (12 de ellas mujeres) por un delito de aborto ilegal. Otras muchas, más de 200, se vieron en la inaceptable situación de observar cómo sus historiales médicos eran aireados en los juzgados.

3. La virulenta reacción de los grupos antiabortistas logró que la prestación asistencial quedara fuera, en la práctica, de los hospitales públicos: no llega al 3% el porcentaje de abortos atendidos en la red sanitaria pública.

Estamos, pues, ante una iniciativa necesaria y bienvenida. España es hoy conocido en el mundo como el país que más ha avanzado en el campo de «los derechos»: los avances en la igualdad entre las personas, hombres y mujeres, sin discriminación por orientación sexual, raza, religión o clase social. El país que más ha avanzado en prestaciones sociales, el que dispone de una ley de dependencia... Faltaba, clamorosamente, el derecho de las mujeres a la libre maternidad.

El actual proyecto de ley actualiza plenamente la situación, colocándola al nivel de las legislaciones más avanzadas en esta materia, siguiendo las recomendaciones del Consejo de Europa, de abril de 2008, sobre la adopción de leyes de plazo para la interrupción voluntaria del embarazo. Recomendación que ya han aceptado 34 de sus 47 países miembros.

Se propone una ley que combina plazos e indicaciones limitando el derecho de las mujeres al tiempo para la viabilidad fetal, según las consideraciones de la comunidad científica.

Un plazo de libre elección de la mujer hasta las 14 semanas de gestación y, al mismo tiempo, una ley de indicaciones hasta las 22 semanas cuando exista riesgo para la salud de la embarazada o cuando se detecten graves anomalías fetales. A partir de la semana 22 de gestación, considerada como fecha que delimita el comienzo de la viabilidad fetal independientemente de la mujer, el derecho del feto debe de prevalecer sobre la mujer gestante, en sintonía con la definición de la Organización Mundial de la Salud que define el aborto como «la interrupción voluntaria de la gestación desde la implantación en el útero hasta la viabilidad fetal».

Es un cambio necesario que reconoce el derecho y establece garantías, evitando abusos. Una ley en positivo que ofrece pasos decisivos en educación, formación y actualización de las prestaciones en materia de salud sexual y reproductiva. La puesta en marcha de una Estrategia en Salud Sexual y Reproductiva, pretende avanzar en anticoncepción, información y responsabilidad con el objetivo de una acción preventiva adecuada que conduzca a una disminución del número de interrupciones voluntarias. La educación sexual y la formación de los profesionales, extendidas a todos los programas curriculares correspondientes, facilitarán la consecución de los objetivos propuestos.

Es un gran paso en el reconocimiento de los derechos, que el PNV, como decíamos al principio, ha tenido la clarividencia y la sensibilidad de valorarlo como propio.

La oposición de la derecha (PP, CIU, UPN) ha desatado una campaña muy intensa de presión social, mediática y parlamentaria para impedir que se consolide el derecho a la libre maternidad.

Están contra la Historia y están, además, ocultando interesadamente la realidad: Cuanto más liberales son las leyes de interrupción voluntaria del embarazo en el mundo, menos abortos se producen en esos países (Holanda, aborto libre hasta 24 semanas, mínimo número, 8 de cada mil mujeres en edad fértil). Por el contrario, donde se prohíbe y se castiga penalmente el aborto, hay mayor número y con mayor riesgo: los países de poblaciones claramente definidas como católicas, allí donde más fuerte es la Iglesia, son los líderes en abortos (la mayoría de Latinoamérica, y en Europa, Irlanda, Polonia, Malta...)

El reconocimiento de los derechos y las garantías de su ejercicio son la base de una sociedad cada vez más democrática. Siempre teniendo en cuenta que reconocer el derecho no significa imponérselo a nadie: el aborto no es obligatorio.

> Berria: Hiesa > LA SANGRE QUE LE SALVO DE LA LEUCEMIA LE CONTAGIO EL SIDA

  • La sangre que le salvó de la leucemia le contagió el sida
  • Una transfusión le transmitió la enfermedad del VIH
  • El País, 2009-11-08 # Lydia Garrido . Valencia
A Juan, un joven que pasa de los 20 años, las transfusiones de sangre a las que fue sometido le salvaron de la leucemia pero le contagiaron del sida. Ocurrió en 2005 en el Hospital General de Valencia. Juan oculta su identidad tras un nombre ficticio con el mismo celo que esconde su enfermedad. No quiere que nadie sepa lo que le pasa. No es para menos, sus expectativas laborales se han esfumado y su proyecto vital, sus ansias de formar una familia propia, han dejado de ser su prioridad por culpa de la enfermedad que sufre. Se salvó de una leucemia aguda linfoblástica, pese a que en su familia no encontró un donante compatible para un posible trasplante de médula, gracias a las numerosas transfusiones de sangre que recibió. Hasta 75. Pero su tabla de salvación se convirtió en un trampolín hacia el sida. Ahora ha presentado una reclamación de responsabilidad patrimonial a la Consejería de Sanidad.

A Juan le detectaron una leucemia en 2005. Los primeros síntomas fueron sensación de cansancio, hemorragias nasales y mal color de cara. Creyó que era una gripe y para evitar males mayores antes de un viaje profesional acudió al médico. "Me sentía agotado. Me sangraba la nariz muy a menudo. Me preocupó ponerme peor durante los días que íbamos a estar fuera, trabajando. Y, por supuesto, pensé en una gripe. ¿Qué otra cosa podía ser?", recuerda. De la consulta de atención primaria salió para el hospital. Y allí permaneció más de ocho meses en una unidad de aislamiento. Su leucemia aguda linfoblástica T se había manifestado con especial dureza. Y no fue posible encontrar un donante de médula compatible entre su numerosa familia.

La quimioterapia se convirtió en la única posibilidad de luchar. "No entendí nada. Me pregunté, y aún lo hago, por qué, por qué yo. La unidad de aislamiento es durísima, las sesiones eran horrorosas, dos semanas mal, una bien y otra esperando nuevos dolores. Fue agotador anímicamente, para mí y para mi familia. Y eso que en el hospital, salvo algún error, me atendieron muy bien, con muchísimo cariño".

Dos años después había vencido a la enfermedad. A esta enfermedad. Los médicos le prescribieron los consabidos controles periódicos y Juan puso su empeño en reconstruir su vida, una rutina, una ilusión. "Empecé a salir, a ir al gimnasio, a sentirme normal. Poco a poco, inventé una forma de vivir como si nada hubiera pasado. Pero a la incapacidad absoluta para trabajar se unía la tristeza por los afectos perdidos. Pero sentía a mi familia junto a mí, apoyándome para que me pusiera a estudiar en algo de lo que, probablemente, nunca podré vivir. Su respaldo es algo que aún me emociona".

La normalidad duró hasta el año pasado cuando se manifestaron unas incómodas y persistentes fiebres. "En mi casa dicen que soy algo hipocondríaco. Cada cosita que me pasa, necesito que la vea un médico. Me asusto, sí. Por eso, fui al hospital por una, aparentemente, simple fiebre". Fue varias veces. En una ocasión estuvo ingresado hasta un mes. Le hicieron decenas de pruebas. La respuesta más concreta que encontró fue: "fiebres de origen desconocido". El diagnóstico presumible: tuberculosis, tumor o linfoma. "Me desesperé. Pensé que no podía ser posible. Y en realidad fue peor".

Pocas semanas después, una analítica despejaba las dudas: tenía VIH. "Me preguntaron, y me hicieron preguntarme, por mi vida sexual. Yo repetía que no, que no podía ser, que seguro que no. Nadie consideró que mientras me trataron la leucemia recibí 75 transfusiones de sangre. Me decían que eso no podía ser. Pero resultó que sí. Me contagiaron en una de las transfusiones".

El Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana, en un documento fechado el 5 de junio de 2009, detalla en una tabla la identificación codificada de la donación recibida, las donaciones posteriores que se hicieron, la fecha de estudio y el resultado de la serología de VIH. Una de las unidades había dado positivo.

"Fue como si el cielo aplastara la tierra. Así me sentí y así me siento. Ha sido un golpe casi peor que la leucemia, porque esto se podía haber evitado, porque me han contagiado por falta de profesionalidad, por tener en 2005 una tecnología caduca que la mayoría de centros de España hacía años que había renovado, porque no lo busqué, porque me impide muchas cosas, porque cambia mi relación personal, mi relación más íntima, mi perspectiva de vida, porque es una condena, porque no quiero que me estigmaticen, porque creí que podía seguir adelante con mis sueños y me los han roto".

El abogado de Juan, Manuel Mata, ha presentado una reclamación de responsabilidad patrimonial a la Consejería de Sanidad por el contagio producido como consecuencia de la administración el 25 de noviembre de 2005 hematíes y plaquetas. Según consta en la reclamación, la transfusión era, obviamente, necesaria. Pero nadie explicó al paciente que podría correr riesgo.

La reclamación relata que "el reclamante se somete a transfusión en noviembre de 2005, en esa época había marcadores de VIH, y su uso era prácticamente común en la red sanitaria pública con la finalidad de excluir donantes que padecieran la enfermedad. La sangre se testó, pero no mediante las técnicas más modernas al uso en multitud de centros españoles y europeos que hubiesen detectado la presencia del virus. Sólo con posterioridad se han usado esas técnicas para confirmar el contagio".

"El dinero, para mí, no tiene valor. Quiero que me quiten esto. Quiero que si hay una posibilidad en cualquier lugar del mundo, ahora o dentro de cinco años, o diez, pueda ir. Quiero vivir", concluye Juan.

> Berria: Eliza > ROUCO PONE CONTRA LAS CUERDAS A ROMA POR EL CONTROL DE LA IGLESIA VASCA

  • Rouco pone contra las cuerdas a Roma por el control de la Iglesia vasca
  • La elección de nuevos prelados sitúa al nuncio del Papa ante un dilema: si apoya a los candidatos del arzobispo de Madrid se despegará del clero vasco. Rouco apuesta por Munilla e Iceta, muy conservadores y antinacionalistas
  • El País, 2009-11-08 # Luis R. Aizpeolea . Madrid
Desde que murió el dictador Franco en 1975, nadie recuerda un ataque público de un jerarca de la Iglesia vasca hacia el PNV como el que la pasada semana le dirigió el obispo auxiliar de Bilbao, Mario Iceta, por su apoyo a la regulación del aborto. ¿Es la expresión de un cambio en las buenas relaciones tradicionales entre la Iglesia vasca y el PNV? La cuestión no es baladí y se percibirá muy pronto cuando la Sagrada Congregación de Obispos nombre al nuevo obispo de San Sebastián, al que más adelante seguirán los de Bilbao y Vitoria.

En unas semanas podrá conocerse si sale triunfadora la apuesta conservadora y antinacionalista del presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco, o, si por el contrario, el Vaticano y su nuevo Nuncio en España, Renzo Fratini, se hacen eco, como otras veces desde la transición, de la voluntad del clero vasco, mayoritariamente nacionalista. El viernes, Fratini, que llegó a España el 20 de octubre, mantuvo su primer encuentro con el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos.

El primer relevo previsto para este mismo mes es el del Obispado de San Sebastián. Juan María Uriarte deja la sede episcopal donostiarra tras diez años de mandato. Uriarte ha mantenido buenas relaciones con el nacionalismo, en línea con la tradición de la Iglesia desde la transición. Aunque con un mayor compromiso en la condena de ETA y en el apoyo a sus víctimas que su antecesor, José María Setién.

Dos nombres se barajan para sustituir a Uriarte: el de José Ignacio Munilla, obispo de Palencia desde hace tres años, y el de Miguel Asurmendi, obispo de Vitoria. Los dos son vascos, pero representan mundos diferentes. Munilla es guipuzcoano. Estudió en Burgos y Toledo y antes de ser obispo de Palencia fue párroco de El Salvador en Zumárraga (Guipúzcoa). Muy crítico con el nacionalismo en sus textos es, además, muy conservador en materia política y eclesiástica. Su nombramiento supondría la ruptura con la tradición episcopal guipuzcoana, marcada por el influjo de un clero mayoritariamente nacionalista. Es el candidato de Rouco.

Asurmendi, obispo de Vitoria desde 1995 lo fue antes de Tarazona (Zaragoza). Su perfil eclesial y político coincide con el del Obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, no nacionalista, pero comprensivo con el nacionalismo. Como relevo de Asurmendi, de salir de Vitoria, se especula con Raúl Berzosa, obispo auxiliar de Oviedo, ex candidato a suceder a Martínez Camino como portavoz de la Conferencia Episcopal.

El siguiente nombramiento previsto, aún sin fecha, será el relevo de Blázquez, Obispo de Bilbao desde hace 13 años. El mandato de Blázquez, elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española entre 2005 y 2008, se ha caracterizado, en el terreno político por su convivencia con el nacionalismo, pero también por su beligerancia con ETA y el apoyo a sus víctimas. Para suceder a Blázquez está muy bien colocado el obispo auxiliar de Bilbao, Mario Iceta, que protagonizó el enfrentamiento con el PNV la pasada semana. Formado en Navarra, en el Opus Dei y vicario en Córdoba es conservador en materia política y eclesiástica. Está apoyado, como Munilla, por Rouco.

El relevo de Uriarte, según sea Munilla o Asurmendi, y el de Blázquez, según sea Iceta o Berzosa, adquiere una significación política. Los nombramientos de Munilla e Iceta supondrían un giro evidente en la orientación conciliadora de la Iglesia vasca con el nacionalismo. "Para entendernos políticamente, Blázquez, Uriarte o Asurmendi equivaldrían a Josu Jon Imaz o Patxi López y Rouco, Munilla e Iceta a Mayor Oreja", dice un experto.

Pero los nombramientos de los obispos vascos tienen una segunda lectura en clave de poder interno en la Iglesia española. Con ellos, Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal, pretende exhibir su poder en la Iglesia, cuyo principal rival es Blázquez. No hay que olvidar que Rouco y Blázquez -y lo que representan, líneas conservadora y moderada en la Iglesia-, disputaron el poder en la Conferencia Episcopal en una pugna muy igualada. En 2005 venció Blázquez y en 2008 lo recuperó Rouco, que había presidido el máximo órgano episcopal entre 1999 y 2005.

La máxima tensión entre ambos se produjo en 2002 cuando Blázquez firmó con los demás obispos vascos una pastoral crítica con la Ley de Partidos y la ilegalización de Batasuna, en sintonía con el PNV. Pero sus diferencias se han extendido a campos como la asignatura Educación para la Ciudadanía, la memoria histórica y profesores de religión, dónde la visión muy conservadora de Rouco ha topado con la moderada de Blázquez, más comprensiva con la política de ampliación de derechos de Zapatero.

Rouco, en su apuesta por nombrar obispos vascos afines, no sólo quiere alejar definitivamente al episcopado vasco del nacionalismo. También trata de enviar el mensaje a la Iglesia española de que sigue influyendo en Roma. Como mostró con el pulso que mantuvo con Antonio Cañizares en su sucesión como arzobispo de Toledo. Ganó el candidato de Rouco, Braulio Rodríguez.

Rouco topa con el obstáculo de que el Vaticano, que tiene la última palabra, tradicionalmente ha apostado en sus nombramientos por una línea conciliadora con el nacionalismo vasco en respuesta a la demanda de una mayoría del clero vasco. Así, Manuel Monteiro, el Nuncio del Vaticano en España hasta octubre, mantenía mayor sintonía con Blázquez que con Rouco. Habrá que ver lo que sucede con el nuevo enviado del Papa, Renzo Fratini.

Sintonía con un clero nacionalista
Poco antes de la muerte de Franco, en 1975, el entonces Nuncio del Vaticano en España, Luigi Dadaglio, preparó la transición en Euskadi, contando con la especificidad de la Iglesia vasca que tenía un clero mayoritariamente nacionalista que se reclamaba heredero de una Iglesia perdedora en la Guerra Civil.

Para ello utilizó la fórmula de nombrar obispos auxiliares que sintonizasen con el clero vasco. A mediados de los años setenta nombró a José María Setién obispo auxiliar de San Sebastián, siendo su titular Jacinto Argaya, y a Juan María Uriarte, de Bilbao, con Luis Larrea de titular.

En aquella etapa el episcopado vasco y navarro, con José María Cirarda al frente, tuvieron iniciativas conjuntas y plantearon la posibilidad de una diócesis conjunta País Vasco-Navarra-La Rioja. La posibilidad se extinguió con el relevo de Cirarda por Fernando Sebastián y el triunfo de José María Aznar en los comicios de 1996. Aznar presionó contra la unificación y hoy Vizcaya y Álava pertenecen a la Archidiócesis de Burgos y Guipúzcoa a la de Navarra.

El nombramiento de Ricardo Blázquez como Obispo de Bilbao en 1996, recibido con recelo por el PNV, y el relevo de Setién por Uriarte en San Sebastián en 2000 supuso cierto cambio, mayor compromiso en la denuncia de ETA y en el apoyo a las víctimas. Pero mantuvieron la sintonía con el nacionalismo, de modo que en 2002 denunciaron la Ley de Partidos y la ilegalización de Batasuna, como el PNV. Lo que les acarreó una dura réplica de la Conferencia Episcopal, presidida por Rouco, y del Gobierno Aznar.

Este acontecimiento quebró las relaciones de Rouco con Blázquez y las del PP con la Iglesia vasca. Pero hoy, las relaciones de Blázquez y Uriarte con el Gobierno de Patxi López son buenas y se han atemperado con el PP de Basagoiti. No así con Rouco que aspira a una vuelta de tuerca antinacionalista en Euskadi.

> Iritzia: Dario Fo > ¡FUERA CRUCIFIJOS!

  • ¡Fuera crucifijos!
  • Sin Permiso, 2009-11-08 # Dario Fo . Escritor y dramaturgo revolucionario italiano, Premio Nóbel de literatura en 1998 / Trad. Leonor Març
El fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha causado un gran escándalo al admitir la denuncia de una ciudadana italiana y declarar la presencia de crucifijos en las aulas escolares como un atentado contra la libertad de los padres para educar a sus hijos con arreglo a sus convicciones, y contra la libertad de religión de los propios alumnos. Los católicos apostólicos romanos hacen grandes protestas de escándalo. No a los cristianos. Porque también hay cristianos que no son apostólicos romanos, y no consideran que el símbolo de la cruz sea su valor esencial. Y ni que decir tiene, el fallo del tribunal europeo dista de ser ofensivo para quienes son ateos y no tienen religión, como yo. Tampoco me parece ofensivo para quienes profesan otra religión.

Lo extraordinario de esta sentencia destinada a provocar no sólo escándalo, sino también debate y enfrentamiento, es que irrumpe en la pantalla plana de una realidad italiana que vive ―¿vivirá?― inveteradamente a la sombra del poder de la Iglesia romana. Visto así, la sentencia es una crítica profunda a su símbolo por excelencia, la cruz. Una simbología impuesta, colgada en todos los colegios, hospitales y oficinas como seña de identidad de nuestra cultura. Una omnívora cultura de estado. Y los católicos no renunciarán fácilmente a la idea de que son los gestores de la religión de estado.

Pero el tribunal europeo ha añadido, y no por acaso, que los alumnos de todas las edades pueden interpretar fácilmente la presencia de los crucifijos en las aulas como un evidente símbolo religioso, y que, por lo mismo, podría condicionarles: aunque es un estímulo para los niños ya católicos, puede ser un condicionamiento y un trastorno para los de otras religiones y para los ateos.

Estalla la ira del Vaticano, el gobierno de centroderecha acusa, la oposición democrática balbucea («es una cuestión de cultura, de tradición»). Muy bien; abramos, pues, el libro negro de esa cultura y de esa tradición. El catolicismo de la Iglesia romana esconde, tras un crucifijo interpretado como redención, una cultura y una historia de violencias, atropellos y guerras. En nombre de la cruz se han cometido grandes fechorías, cruzadas, inquisiciones, el saqueo y las matanzas del Nuevo Mundo, la bendición de los imperios y de los hombres de la providencia. Sin olvidar que, hasta el siglo XIX, el catolicismo prohibió traducir la Biblia y los Evangelios a la lengua vulgar.

En nombre de ese «símbolo» se han cometido los crímenes más atroces. Y se siguen cometiendo con las prohibiciones contra el derecho de los hombres a administrar el conocimiento y la libertad individual y sexual. Si es «nuestra cultura», según declaran al alimón la intrépida ministra Gelmini y el «pontífice» Buttiglione, quien, encima, califica de «aberrante» la sentencia de Estrasburgo, ¿por qué no hablamos del lado oscuro de la cruz como simbología de poder? Pero es como si siguiéramos diciendo: el espacio de lo visible, de la iconografía cotidiana de la realidad, es mío, lo manejo yo y pongo en él los emblemas que yo quiero. Ahí está el error.

La Conferencia Episcopal se desgañita: la sentencia es «ideológica». Que nos hable de la violencia en la cultura histórica de la Iglesia romana apostólica, de las hogueras contra la razón herética que por sí sola hizo avanzar a la humanidad. Si lo que se quiere defender es su origen salvador para todos, entonces hay que aceptarlo y adaptarlo al presente, porque al principio no era más que un signo para identificar los lugares clandestinos de oración y culto; no un símbolo impuesto, que podría valer por un ritual de muerte, hostil a los demás, a las otras culturas, historias y religiones.

Ojalá la realidad que nos rodea, y por lo pronto, la realidad formativa de la escuela, vuelva a ser un espacio creativo, libre de religiones, incapaz de imponer a nadie las obligaciones opresivas dimanantes de los valores ajenos.

> Elkarrizketa: Juan Antonio García Marcos > "ES UNA HISTORIA DE AMOR HOMOSEXUAL EN 1610, RODEADA DE BRUJERIA"

  • Juan Antonio García Marcos . Autor de «Dans les flammes de l'inquisition»: «Es una historia de amor homosexual en 1610, rodeada de brujería»
  • Licenciado en Arte Dramático, dejó el oficio de actor y ejerció como periodista desde 1970 en Radio Popular y después en Radio Nacional. Después de trece años detrás de la noticia se «auto-jubiló» y desde entonces se dedica exclusivamente a la escritura. Ha finalizado varios libros sobre temas muy diversos y en estos momentos está desarrollando proyectos relacionados con el arte vasco.
  • Gara, 2009-11-08 # Idoia Eraso . Baiona
La editorial Elkar ha publicado «Dans les flammes de l'Inquisition», la traducción al francés de «El poder de la púrpura», la novela de Juan Antonio García Marcos publicada por Txertoa y que aborda la cuestión de la Inquisición en Euskal Herria.

«El poder de la púrpura» fue su primera novela.
Fue mi primera novela publicada; tengo otras dos en el cajón del escritorio. También son históricas, una recordando lo que fue Donostia en la época de Franco y otra, en la que se recuerdan los primeros años de la posguerra en Madrid, sobre las chicas de pueblo que iban a servir allí. La verdad es que es muy difícil publicar. Me sorprendí cuando en la editorial Txertoa me dijeron que lo iban a hacer y más cuando me dijeron que la iban a traducir al francés.

El argumento está de actualidad por los aniversarios de la caza de brujas en Lapurdi y en Zugarramurdi.
Este año se celebra el 400 aniversario de la historia que yo me atreví a contar. Creo que las novelas surgen en un momento y se te quedan ahí para poder luego desarrollarlas. Esta surgió de un viaje que hicimos a Zugarramurdi, entonces uní a Pierre de Lancre con los famosos juicios de Logroño. La historia se desarrolla entre 1609 y 1610. Trata de las circunstancias que rodean la llegada de Pierre de Lancre, a instancias del señor de Urtubi. El señor de Urruña se tenía que quitar de encima a cuatro señores con sotana por los derechos de los puentes de Ziburu y puso como excusa a las brujas y la brujería. Esto se realiza gracias a la ayuda de un juez bordelano.

¿Qué es realidad y qué es ficción en su novela?
La novela en sí y las circunstancias de los personajes que aparecen son totalmente ficción. Es un tramo de nuestra historia, pero ficcionado. En realidad, una vez que estuve desarrollando la historia, vi que necesitaba un hilo conductor, algo que se saliera de la propia historia pero que estuviese involucrada. Hay dos personajes fundamentales que crean la historia de amor que yo pretendo contar: una historia de amor homosexual en 1610, rodeado de brujería. También se cuenta en la novela que, tras asumir la mitad del reino de Navarra el Rey de Aragón y la otra mitad el Rey de Francia, se produjeron varias incursiones sobre los nobles acusándoles de brujería y otras cosas para quitárselos de encima. La nobleza navarra quería recuperar el reino. Suceden también los procesos de Logroño, y dejo el final abierto para una segunda parte.

¿Y cuando llegará esa segunda parte?
La verdad es que no sé si algún día se escribirá. La idea que tengo es situarla en la época actual, cuando un fraile encuentra escritos que aclaran el misterio que se deja abierto.

> Erreportajea: Heterosexismoa > LA VEJEZ DEVUELVE A LAS PERSONAS HOMOSEXUALES AL ARMARIO

  • La vejez devuelve a los homosexuales al armario
  • La soledad y la pérdida de derechos patrimoniales acechan a gays y lesbianas de la tercera edad. Las asociaciones denuncian que las residencias están orientadas sólo a heterosexuales
  • Público, 2009-11-08 # Angel Munárriz / F. Artacho . Sevilla
Armand de Fluvià, uno de los históricos activistas gays de España, considerado el primero en salir del armario públicamente, reflexiona desde sus 78 años sobre cómo la creación de un estereotipo homo coqueto, culto, consumista y, por supuesto, joven hace olvidar a los gays que "todos llegamos a viejos".

Todos los activistas coinciden: los problemas de los mayores homosexuales han sido sistemáticamente postergados en la agenda reivindicativa. La lucha por los derechos tampoco escapa al culto a la juventud. "¿Quién ha oído hablar de gays viejos? ¿Quién ha leído algo del tema? Nadie", lamenta Antonio Ruiz, presidente de la Asociación de Ex Presos Sociales, que nombra como uno de los principales problemas del colectivo su frecuente falta de adaptación a las residencias de ancianos y centros de día.

La vida de una lesbiana, un gay, un transexual o un bisexual (LGTB) mayor de 60 años difícilmente habrá sido un camino de rosas. El Estado y la Iglesia los reprimieron y persiguieron con saña durante el franquismo. La Ley de Vagos y Maleantes llevó a cientos de ellos a prisión. Llegada la democracia, el sida aguó la fiesta de la liberación sexual. Y aún hoy han de ver cómo los resabios del nacionalcatolicismo empapan el discurso sobre sexo y familia de parte de la derecha.

"Todos los viejos son heterosexuales"
¿Está recompensando la España de 2009 el esfuerzo de estas primeras generaciones de homosexuales que han llegado a la vejez fuera del armario? La respuesta de activistas, asociaciones y mayores gays es un no rotundo. "La vejez está empujando a muchos a regresar al armario", dice Antonio Ruiz.

Los motivos son variados, pero el principal es que las residencias y centros de día de mayores, públicos y privados, funcionan "bajo la premisa de que todos los viejos son heterosexuales", en palabras de Josep Vila, sociólogo de la Fundació Enllaç. Y explica un caso elocuente: "Una de las ancianas de una pareja de lesbianas que vivía en una residencia sufrió un deterioro cognitivo. La otra mujer se vio en la tesitura de ni siquiera poder entrar a verla, porque legalmente no era nada".

José Benito Eres, presidente del Grup dAmics Gais, Lesbianes, Transsexuals i Bisexuals denuncia además que "un alto porcentaje" de las residencias están gestionadas por la Iglesia, lo cual no contribuye a crear un clima de tolerancia. Antonio Ruiz señala que "son pocos los que van a residencias, con lo que están más expuestos a la soledad". "Y los que van, suelen ocultar su sexualidad", añade.

Doble discriminación
Un 16,6% de la población total española, de unos 46 millones, es mayor de 65 años. Es imposible saber cuántos homosexuales hay en ese 16,6%, pero no lo es comprender que sus dificultades añadidas se extienden fuera de los muros de las residencias, creando una doble discriminación. La falta de descendencia de la mayoría, sumada a unas relaciones familiares frecuentemente difíciles, reduce el abanico de posibles cuidadores cuando la persona es dependiente.

Al no haber constancia oficial de sus relaciones la ley del matrimonio gay ha llegado tarde para ellos, pueden perder los derechos patrimoniales cuando muere su compañero.

Integración
Pese al desinterés de la mayoría de asociaciones, desde 2005 existe un documento genérico de todos los colectivos que promueve una "estrategia política inclusiva con los ancianos LGTB". La forma de concretarla no está clara. Las Administraciones optan por la transversalidad, en un planteamiento difícilmente rebatible en el plano teórico, porque pretende no crear espacios para gays, sino integrar y evitar guetos. Pero no es tan simple.

¿Qué hacer cuando son los propios colectivos homosexuales los que dicen sentir como ajenos los espacios que el Estado dedica al cuidado y al encuentro social de los mayores? La cuestión es espinosa. Al respecto, José Benito Eres pone voz a una opinión generalizada pero políticamente incorrecta que invita a la reflexión: es frecuente que a los gays no les guste el fútbol televisado, actividad que, junto al dominó, es parte sustancial de la rutina de miles de centros de día y hogares del jubilado.

Estados Unidos, Alemania, Suecia, Dinamarca, Holanda y Canadá son los países donde existen más proyectos orientados a homosexuales mayores, tanto públicos como privados, según los colectivos. Armand de Fluvià es abiertamente partidario de imitar a estos países: "Mientras haya discriminación, deben existir residencias para gays y lesbianas. En teoría no debería ser así, pero la práctica...".

  • "Te tienes que adaptar porque son mayoría"
  • Homosexuales mayores relatan sus problemas de integración
  • Público, 2009-11-08 # A. Martín Vidal . Barcelona / F. Artacho . Sevilla
A sus 80 años, Eusebio Valderrama conserva la vitalidad de un muchacho.

De momento no depende de nadie y vive por sí mismo en Málaga, pero le angustia la idea de acabar ingresado en una residencia de mayores.

"Creo que deberían hacerse residencias específicas para gays y lesbianas en las que compartir nuestra vejez y contarnos experiencias y vivencias, sin sentirnos rechazados", afirma.

Al igual que Eusebio, Sergio —nombre ficticio, de 67 años— también es homosexual. Él sí ha pasado ya por una residencia, concretamente en Sevilla. "Es muy triste, tienes que adaptarte a la mayoría para no ser rechazado. Estás sometido. Eres tú el que tiene que adaptarse, porque ellos son más, son la mayoría. Cuando mi pareja venía a visitarme, decía que era un sobrino", afirma.

A menudo los mayores homosexuales son vistos como degenerados, como viejos verdes, expresión que les resulta demoledora. Sergio, que nunca ha besado a un hombre en público en su vida, asume que esas son las reglas del juego. Y las cumple. "El día que vuelva a entrar en una residencia, mi vida sexual acabará", afirma.

Aquella España "horrible"
Juan Velasco, de 77 años, echa la vista atrás y lamenta cómo se ha comportado la España de su juventud con las personas como él: "Era una España horrible para un homosexual, había mucha presión, si te veían un gesto o una prenda de ropa amarilla...".

Juan decidió vivir su vida y no llevar una existencia de cartón-piedra. A su madre, que le pedía que se casara, le dijo: "Mamá, ya soy desgraciado por ser maricón, lo sabes desde que nací, pero no voy a hacer desgraciada a ninguna infeliz". Llegó a pensar en el suicidio "de tanto escuchar eso de: ¡Maricón, maricón!".

Tras tanta calamidad, Juan tiene ahora buenas perspectivas para planificar libremente su futuro. Disfruta de una posición económica desahogada, fruto de años de duro trabajo. Vive solo en Barcelona. En su testamento, deja su piso a la Fundació Enllaç, de la que es patrono, y que proyecta ofrecer pisos de acogida y residencias que atiendan las necesidades de los personas mayores homosexuales.

Formación específica
Fernando Olmedo podría ser un beneficiario de la Fundació Enllaç. Enfermo de sida, sufre constantes depresiones severas, agudizadas desde que su "amigo", como él lo llama, falleció a principios de los 90. Los médicos le dijeron que no podía estar solo, por lo que ingresó en una residencia privada. El ambiente, la soledad, la incapacidad para comunicarse con el resto de residentes lo entristecieron tanto que intentó tirarse por una ventana. Terminó por volver a casa.

Ahora, una cuidadora hace lo que él no puede. Con instrucciones muy precisas, para no repetir su experiencia en la residencia. "Los trabajadores de estos centros deberían tener formación específica para obtener una sensibilidad especial con nosotros", afirma Fernando. Él se siente afortunado por poder pagar una atención personalizada. "Pero no todo el mundo tiene dinero para eso", admite.

A las dificultades de adaptación de numerosos homosexuales en las residencias se suman obstáculos más sutiles, pero igualmente importantes. "A un gay no le suele gustar que le pongan un compañero de habitación, que es lo habitual, y al otro quizás no le gustará tener un compañero gay", señala José Benito Eres, presidente del Grup dAmics Gais, Lesbianes, Transsexuals i Bisexuals.

  • No es país para viejos (sobre todo si son gays)
  • Público, 2009-11-08 # Antonio Avendaño
La izquierda cree que el Estado tiene que ser la familia de los que no tienen familia, mientras que la derecha cree más bien que el Estado debe dejarse de sentimentalismos y limitarse a mandar. Por supuesto, la gente de derechas es tan cariñosa como la que más con sus iguales y conocidos, pero es olvidadiza con los pobres y con los desconocidos. Y si además de pobres y desconocidos son gays, entonces no es sólo olvidadiza, sino directamente implacable.

A la derecha no le gusta que el Estado se gaste el dinero en buenas residencias públicas de ancianos, porque ella suele tener dinero suficiente para pagarse las residencias privadas de sus mayores. De ahí que crea que invertir en eso es tirar el dinero, lo cual no tendría mayor importancia si no fuera porque se trata de ¡¡¡SU dinero!!!

Pero las diferencias entre izquierda y derecha en materia de derechos de los ancianos se diluyen cuando se trata de que el Estado respalde o promueva residencias de ancianos donde gays y lesbianas puedan sentirse cómodos. La izquierda comprende y respeta los derechos de los homosexuales, pero parece hacerlo sólo hasta cierto punto y, sobre todo, sólo hasta cierta edad. Este, pues, no es país para viejos, y menos aún para viejos gays.

El problema es de conciencia, pero también de visibilidad. La vejez gay es invisible, tal vez porque se avergüenza un poco de sí misma, atrapada ella también en ese culto pueril a la juventud que hace de todos nosotros unos majaderos que se comportan como si la vejez y la muerte fueran algo que sólo les ocurre a los otros. Más nos valdrá a todos que el Estado esté ahí cuando llegue la hora. O como diría melancólicamente Juan Marsé, cuando "aquel muchacho" se haya convertido en "esta sombra".

> Iritzia: Fernando Franco > UNA LESBIGAYTRANSFOBIA CON MUSICA REGGAE

  • Una lesbigaytransfobia con música reggae
  • Faro de Vigo, 2009-11-08 # Fernando Franco
Cierto que, como nos enseñó Plinio el Viejo, muchas cosas se reputan imposibles antes de haberse realizado pero jamás hubiera creído que podría ver antes de entregar mi cuerpo al Walhala algo tan inconcebible: la policía protegiendo a un rastafari del acoso de gays, lesbianas y adheridos Eso le ocurrió en Santiago hace unos días a Sizzla Kalonji, rey del reggae que dio un concierto en la sala Capitol en el que, al revés de lo habitual, los maderos montaron un cordón de seguridad para que no se alterara un espectáculo sobre cuya audiencia flotaba ese humo cannábico tan propio del género musical jamaicano que lidera el aclamado cantante. No voy a ocultar que me encantan esas paradojas propias de nuestras democracias liberales, ufanas de no relegar a unos ciudadanos frente a otros por razones de sexo, raza o cultura, por entender que todas las personas tienen igual dignidad. Y es que los seguidores del reggae de Marley o Kalonji no están acostumbrados a que los proteja la gendarmería sino a evitarla y los gays no suelen perseguir o intentar silenciar sino, si acaso, ser perseguidos o silenciados, salvo el ala rosajazmín que chismorrea en los programas telecardíacos, que habla por los codos. Pero había una disyuntiva básica en la que mediaban las fuerzas del orden en Santiago: separar a quienes querían suspender el concierto porque acusan a Sizzla de lesbigaytransfobia (¡uf!) por unas letras de sus canciones, de quienes dicen que eso hoy es una falacia y quieren escucharle.

Desde luego, el jamaicano se pasó con los tintes homófobos brutales de alguno de sus textos, pero quienes lo contratan por Europa y España este año no se cansan de decir que, a raíz de las críticas que suscitó en su anterior gira, suscribió en 2007 la Reggae Compassionate Act, un documento en el que se comprometió a rechazar la homofobia y el sexismo. Menos mal que a los de Siniestro Total, cuyo líder tengo como vecino en esta página, no les organizaron una revuelta por su tema "Mata hippies en las Cíes", quizás porque ya no queda ninguno con dientes, ni a los mexicanos Molotof cuando cantaban "Matarile al maricón", que era lo mismo que pedía el jamaicano pero en versión tequila. A Sizzla, está claro, no le gustan los gays porque eso forma parte de la cultura oficial de su atrasado país, que los reprime y encarcela. Será un lesbigaytransfóbico pero no un imbécil insensible a todo. Bueno sería no caer en simplificaciones demonizadoras con esa pegajosa pátina de moralina que en estos tiempos de lo babosa y políticamente correcto permite a algunos sentirse en el grupo de los buenos gritando eslóganes vacíos y usando una cháchara edulcorada y empalagosa, una moralidad superficial y falsa. Hay gays y heteros muy respetuosos con la libre opción sexual y que al tiempo son unos mentecatos que no mojan un dedo por los demás en contraste con Sizzla, que no sé si fumará petas pero da igual porque asume la bandera de la lucha contra la esclavitud, la opresión occidental y esencialmente, de la búsqueda de oportunidades de trabajo a los jóvenes de su entorno. O eso dicen sus mentores.

Las Maribolleiras Precarias de A Coruña, sus equivalentes del PS de G-PSOE y sus homólogo/as de Andalucía, País Vasco o Cataluña, por donde ha hecho esta reciente gira, no le creen ni parecen otorgarle el derecho a la enmienda a pesar de que nadie le ha oído otra vez esos temas. Digamos que le condenan a ser un proscrito para siempre. Los promotores, por su parte, están que trinan porque la campaña ha disminuído las audiencias previstas en la gira y dicen que no está el tiempo para quitar el pan a los trabajadores de la música, que los "aquí convocantes" mienten como bellaco/as, que carecen de la comprensión y tolerancia que pedían para ello/as no hace mucho, que quieren capitalizar de modo oportunista una polémica ante la falta de temas que les permitan decir que están vivos y que hay mucho Torquemada vestido de Gucci. A algún periódico gallego le sirvió para que fuera la noticia más leída durante varios días en su página web, hasta que cayó ante la superior atracción de un octogenario que mantenia relaciones afectivas con una oveja, que es al fin y al cabo el tipo de noticias preferentes para los lectores de Internet. Y Santiago se llenó de enviados de periódicos que buscaban algo de sangre gay o reggae que llevar a primera. Quién le diría a los reggaes, que quieren sólo amor, y hierba, que la policía iba a protegerlos.