2009/01/04

> Elkarrizketa: Gus Van Sant > "LA HISTORIA DE HARVEY MILK ME AYUDA A SALIR DEL ARMARIO"

  • Entrevista a Gus Van Sant: "La historia de Harvey Milk me ayudó a salir del armario"
  • El viernes se estrena ‘Milk’, el retrato político del primer concejal gay de EEUU y el papel que podría darle a Sean Penn su segundo Oscar
  • Público, 1009-01-04 # Rosa Gamazo Los Ángeles
Lejos del minimalismo de sus tres últimos trabajos, que componen la llamada Trilogía de la muerte (Elephant, Last Days y Paranoid Park), Gus Van Sant (Louisville, 1952) realiza en Mi nombre es Harvey Milk una obra más convencional en lo formal, aunque plenamente coherente con el interés del director en personajes que acometen su personal guerra contra el status quo (sea el drogadicto de Drugstore Cowboy, los adolescentes de Elephant o, ahora, el activista homosexual Harvey Milk) .

Es el director que mejor ha transitado entre la independencia más absoluta –Mala noche (1985) o Mi Idaho Privado (1991)– a la comercialidad hollywoodiense –El indomable Will Hunting (1997)– y, de vuelta, a búsquedas narrativas fuera de la norma como Elephant (2003). Durante más de 20 años, Van Sant ha creado un nicho inexistente en Hollywood hasta su llegada.

Ahora, el hombre que participó del New Queer Cinema, aunque sin hacer de su homosexualidad bandera de su trabajo, se estrena en el biopic político al llevar a la pantalla la vida de Harvey Milk, el primer hombre abiertamente gay elegido concejal en el Ayuntamiento de San Francisco. Un estreno cuya trascendencia se amplifica al haber coincidido con la aprobación de la polémica Proposición 8 en California, que prohíbe el matrimonio homosexual. Interpretada por Sean Penn, y acompañado de Josh Brolin y James Franco, la película narra la última etapa política de la vida de Milk antes de ser asesinado en 1978.

En ‘Milk’ la mayor parte de los actores interpretan a personajes homosexuales. ¿Pensó en elegir a actores que lo fueran en realidad?
La verdad es que no hay tantos actores gay como uno se imagina. De todos los que se me pasaron por la cabeza ninguno tenía la edad apropiada para interpretar a los personajes. Otra razón es que los actores abiertamente gays no ayudan a que una película se financie. Pensé en Alan Cummings (que hubiera hecho una interpretación brillante de Milk), pero encontrar dinero con él de protagonista no es, desafortunadamente, nada fácil. Necesitábamos cierto presupuesto para hacer la película de una forma decente y escoger a un actor conocido ayuda.

¿Es algo que le ha entristecido?
No mucho, la verdad. No me planteé hacer de esta película una batalla personal por el derecho de los gays a actuar en todo tipo de películas. Creo, además, que si hubiéramos elegido a actores homosexuales habría sido un proyecto diferente. Lo que me preocupaba como director era elegir a los actores adecuados.

Ha reconocido su homosexualidad hace más de dos décadas. ¿Le preocupa el hecho de que aún no se haya aceptado completamente la homosexualidad en el mundo del cine?
Imagino que sí. El cine es un negocio. La estrellas de cine atraen al público, lo que ya empezó en la época de Rodolfo Valentino, cuando la gente estaba dispuesta a gastarse su dinero en ir a verle. Vivimos en la cultura de las celebridades. No es que lo comparta al cien por cien, pero es lo que hay. Si Harvey Milk estuviera aquí seguro que te contestaría que todos los actores que no han salido del armario deberían salir.

Las elecciones acaban de pasar y EEUU ha vivido un momento histórico con la elección del primer presidente afroamericano. Al mismo tiempo en California se acaba de prohibir el matrimonio gay. ¿No le parece una incongruencia?
Deduzco que es porque todos los votantes de color no necesariamente están de acuerdo con que se apruebe el matrimonio entre homosexuales. Además, Obama no puede pronunciarse sobre este tema en campaña porque le habría hecho perder. Es parte del juego de la política.

¿Se planteó el estudio estrenar la película antes de las elecciones para ver si su estreno pudiera afectar a que la Proposition 8 (en contra del matrimonio gay) no se aprobara?
Sí se planteó, pero era un poco prematuro y se decidió estrenarla después. Había muchos otros factores en juego y no era del todo seguro que su estreno antes de la elecciones fuera a ser beneficioso para la película. La razón de más peso por la que se decidió no estrenar en ese momento fue que queríamos terminar la película en condiciones y no apresurarnos. Ahora bien, no sé si hemos tomado la decisión correcta.

¿Es cierto que estuvo a punto de dirigir otro proyecto sobre Harvey Milk hace años?
Sí es cierto, pero al final no salió. Hubo ciertos desacuerdos sobre la dirección que estaba llevando el proyecto. Se quería abarcar demasiado y la historia resultaba un tanto aburrida. De esto hace ya más de 12 años. El guión del Milk actual –escrito por Dustin Lance Black– llegó a mis manos por casualidad. Y en esta ocasión me gustó y decidí implicarme. Esta vez estaba mucho más enfocado en la parte política de Milk, más concentrado en su relación con la comunidad que le rodeaba.

¿Tiene algún recuerdo del impacto que tuvo Milk en la comunidad gay?
La verdad es que no tuvo mucho impacto en aquel momento. Me enteré por la televisión que lo habían asesinado. En aquel momento yo vivía en Los Ángeles y no sabía que Harvey Milk fue elegido concejal en San Francisco. En esa época yo todavía no hablaba abiertamente sobre mi homosexualidad, por lo que no estaba al día de los compañeros que luchaban por nuestros derechos.

¿Cuando decidió salir del armario?
Más o menos cuando tenía 30 años. Creo que conocer la historia de Harvey Milk me ayudó a decidirme.

¿Cree que EEUU está viviendo un momento esperanzador?
Por supuesto. El hecho de que Obama haya sido elegido presidente es increíble. Es una época de esperanza para este país y para el mundo.

Como director, ¿qué parte de todo el proceso de hacer un film encuentra más fascinante?
Lo que más me gusta es cuando yo escribo el guión. Me encanta escribir, encuentro fascinante el proceso. Cuando eres tú el que escribes, tienes la libertad de llevar la historia donde quieres. La escritura no tienes límites.

¿Ha tenido que auto censurarse a la hora de poner ciertas escenas? Me refiero sobre todo a sus relaciones sentimentales y a su vida nocturna.
Como el guión está más enfocado en la parte política, los encuentros sentimentales entre Milk y sus compañeros no han tenido que ser particularmente gráficos, aunque creo que hay ciertas escenas más subidas de tono que hubiera estado bien incluirlas. Era un riesgo que no tomé. Por ejemplo, Harvey Milk solía ir a unos baños turcos públicos muy a menudo, pero es algo que decidimos no incluir. Lo mismo ocurrió con la vida nocturna que llevaba. Decidimos enfocarnos en la parte política y, desgraciadamente, otros aspectos de su vida no se han podido reflejar.

Sean Penn borda la interpretación de Milk. ¿Cómo fue dirigirle?
Creo que lo que yo he hecho durante la película es observarle (sonríe). La relación de trabajo era muy simple, de nuestra colaboración surgieron escenas buenas y malas, y obviamente yo elegía las buenas. No ha sido nada complicado trabajar con él. Sabe muy bien lo que hace. Conoce a fondo su profesión.

> Berria: Argitalpenak > CATALINA DE ERAUSO: MITAD MONJA, MITAD SOLDADO

  • Mitad monja, mitad soldado
  • Vivió como un hombre dentro de un cuerpo femenino. La española Catalina de Erauso fue posiblemente la primera mujer travestida. Educada para monja, llegó a ser alférez de las tropas en el Nuevo Mundo en el siglo XVII. Su historia ha alimentado la leyenda y la imaginación de los artistas.
  • El País, 2009-01-04 # Julia Luzán
La nariz algo ganchuda, la barbilla prominente, ojos castaños duros, mandones, y un cabello negro, desigual, cortado a trasquilones, sin forma. El rostro de Catalina de Erauso emerge de una armadura de estaño con aspecto de matrona marchando en el Alarde de Irún, el desfile de armas que se celebra cada año en la ciudad guipuzcoana en el día de San Marcial para conmemorar la victoria sobre las tropas francesas que intentaron tomar la ciudad la madrugada del 30 de junio de 1522. No existen apenas retratos -y los que hay son fruto de la imaginación del artista- de esta española que vivió increíbles aventuras en el siglo XVII.

La mujer que vistió calzones cuando eso era anatema, la donostiarra convertida en un soldado de fortuna en las tierras del Nuevo Mundo, ha revivido una vez más en la ficción gracias a una obra, mitad biografía, mitad novela, de un alemán que lleva camino de revolucionar la literatura en aquel país. Markus Orths, de 39 años, acaba de publicar en España La mujer travestida (Salamandra), la increíble historia de la mujer que fue monja, alférez del ejército y corrió miles de aventuras de capa y espada en las tierras de América. Conocida en el mundo anglosajón con el nombre de "Teniente Nun", escribió su autobiografía, publicada por primera vez en París en 1829 con el título de Historia de la monja alférez, doña Catalina de Erauso, escrita por ella misma -Cátedra editó el libro en 2006, en edición de Ángel Esteban-, y sobre estas breves memorias, Orths ha recreado una historia mágica.

Llevar el pelo corto, vestir ropas de hombre eran cosas completamente inaceptables para las mujeres hasta hace bien poco. Catalina de Erauso (1585-1650), tal y como cuenta en su texto, ni se lo planteó, simplemente se puso el mundo por montera pocos años después de llegar a este mundo en una casa de San Sebastián llamada La Ballena, en una época en que los vascos creían a pies juntillas en sus dioses Sol y Luna, en Baxajaun, el señor de los bosques, y en Mari, la deidad que vivía en cuevas y podía adoptar numerosas formas. Un poco más lejos, a centenares de kilómetros de la ciudad guipuzcoana, en Italia, físicos e ingenieros estudiaban los textos de Arquímedes, Platón y Galeno. Por aquellos años, en Pisa, un profesor de matemáticas, Galileo Galilei, dejó caer varias pesas desde lo alto de la torre de la catedral para demostrar que todas llegaban al suelo al mismo tiempo.

Sin saberlo, la ley de la gravedad comenzaba a regir el destino del capitán Miguel de Erauso, el padre de Catalina, un donostiarra que vivía con un plan en mente: a los 30 años sería rico, viviría de las rentas, se casaría y tendría hijos. Su sueño estaba a punto de cumplirse. Había alquilado una mina de plata en Potosí que gestionaba su padre mientras él, en su casa de San Sebastián, en el centro de la villa, se dedicaba a engendrar hijos con su mujer, María Pérez de Galarraga y Arce. Ahí, en ese punto, es donde entra en escena Catalina, la niña predestinada a ser diferente desde su nacimiento -ella misma contó que cuando vio la luz, el cielo, completamente azul, sin una nube, descargó un fuerte aguacero-. Como comadrona tuvo a su hermano mayor, Miguel, una figura fundamental en la vida de esta mujer mitad monja, mitad soldado.

Durante los primeros años, Miguel fue su cuidador, su niñera, quien sufría los arrebatos de mal genio de la tozuda pequeña. La niña unas veces lloraba, pataleaba o, por el contrario, se mostraba apática. Tenía un carácter difícil. Miguel, para calmarla, le hablaba de las Indias, de las bellezas que aquella tierra guardaba, historias fantásticas con las que la dócil Cata empezó a soñar.

Catalina de Erauso no levantaba un palmo del suelo el día en que desafió las leyes de la naturaleza y se juramentó consigo misma para llegar a lo más alto. El "Yes, we can" de Barack Obama fue para Catalina "Lo conseguiré". Lo puso en práctica el mismo día de su entrada como postulante para tomar los hábitos en el convento de San Sebastián el Antiguo. Allí, la regla de san Agustín era acatada fielmente. Todas las novicias seguían la máxima del santo que prohibía "la conversación intrascendente" y "la narración de historias". Catalina no hablaba. Era una monja disciplinada, fervorosa, muda y obediente hasta que una noche cerrada huyó del convento, colgó sus hábitos, y se fabricó un jubón y unas calzas.

Markus Orths, atrapado por esta increíble historia, leyó un manuscrito en el Centre des Recherches sur le Siècle d'Or en Espagne, en Francia, escrito por Juan Bautista de Arteaga, otro de los personajes clave en la vida de la monja alférez. El texto narra la reencarnación de Catalina saliendo de la gruta en el monte Ekain convertida en hombre el 14 de agosto de 1601: "En la media luz de una mañana sin sol cabalgaba yo, medio caído, incapaz de vaciar mi cabeza de lo sucedido, incapaz de dar vida a pensamiento alguno... Yo saqué mi acero y grité para ahuyentar aquella aparición. No menos se espantó el joven, pues era un muchacho. Se puso en pie de un salto e intentó protegerse con los brazos. Así estuvimos un rato, mirándonos en silencio, para averiguar si el uno representaba una amenaza para el otro". Cuando Arteaga le preguntó su nombre, ella dijo: "Francisco". Dudó en el apellido y soltó lo primero que le vino a la cabeza: "Loyola".

La cueva, la sima prehistórica de Ekain, en Deba (Guipúzcoa), de la que Markus Orths hace surgir a Catalina de Erauso, existe. La descubrieron en 1969 Andoni Albizuri y Rafael Rezabal, dos jóvenes del grupo cultural Anxieta, que reunía a aficionados a la arqueología en el País Vasco. Los jóvenes se dedicaron a recorrer la zona del macizo calizo de Izarraitz (en euskera, peña de la Estrella), próximo a Azpeitia. Un día regresaron por el torrente de Goltzibar hacia Zestoa; quedaron impresionados por su situación, la abundancia de agua y las condiciones favorables que mostraba para la vida prehistórica. Contaron su descubrimiento a la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que lo avaló, aunque la cueva nunca ha estado abierta al público.

"La primera persona que me habló de la historia de Catalina de Erauso", cuenta Markus Orths desde Karlsruhe, en Alemania, donde vive, "fue Cornelia Lotthammer: ella publicó su tesis doctoral sobre Catalina y a mí me apasionó el tema. Conseguí inmediatamente la traducción inglesa de la autobiografía de Catalina, me emocionó tanto que pensé enseguida en convertir su vida en una novela". Era un reto para el escritor, que ha estado años documentándose sobre los siglos XVI y XVII en España y en el Nuevo Mundo.

"La autobiografía de Catalina es un texto breve, que se lee rápido, con mucho ritmo, pero del que no se pueden extraer ni sus pensamientos ni los motivos que la impulsaron a llevar esa vida. No se sabe por qué Catalina decidió vivir como un hombre. Leí el libro y me planteé muchas preguntas. Intenté imaginarme algunas respuestas, comprender los hechos, profundizar en su existencia metiéndome en sus pensamientos gracias a lo que su testimonio me proporcionaba. He inventado no sólo muchos de sus pensamientos y sus motivaciones, sino también un montón de escenas que no he encontrado en su autobiografía". Orths cayó rendido ante la fortaleza de esta mujer. "Me fascinó especialmente la cuestión de los roles, las convenciones sociales, las expectativas y la posibilidad de romper con lo establecido y vivir su propia vida. Por otra parte, la cuestión de género y de cambio de sexo me ha interesado muchísimo desde que escribí mi primera novela, Corpus, en 2002".

Otro escritor, el inglés Thomas de Quincey, cayó antes que Orths en la fascinación por la vida de Catalina. En la novela The Nautico-Military Nun of Spain, de De Quincey, escrita en el siglo XVIII, Catalina es una heroína romántica, una mujer hermosa, un genio de la espada. Zarzuelas, obras de teatro, películas. El cine descubrió al personaje en 1943. Emilio Gómez Muriel dirigió a la actriz mexicana María Félix, la Doña, en el papel de Catalina. En 1986, Javier Aguirre retomó la historia con Esperanza Roy interpretando a la monja alférez.

De Catalina a Francisco de Loyola, Antonio, Alonso Díaz o Ramírez de Guzmán, que con éstos y más nombres figura en la leyenda, la monja de San Sebastián se dedicó con ahínco a aprender a ser hombre. Vestía sombrero, golillas, jubones y, al cinto, la espada. Para mostrar lo que por nacimiento no poseía, se cosió un bulto de tela en los calzones. Catalina juraba, escupía, eructaba. Su voz se volvió más grave, y con la ayuda de un crecepelo que bebía a todas horas, le salió barba. Determinada a viajar a Potosí, la tierra de las mil minas, para encontrarse con su hermano Miguel, se embarcó en Sevilla en un galeón de dos cubiertas, el Santa Isabel, con destino a Veracruz, en México.

"Después de que mi joven amigo Francisco de Loyola, llevado por una excesiva precipitación, hubo partido hacia Sevilla (...) me di cuenta de la enormidad de su pérdida", dejó escrito su mentor Juan Bautista de Arteaga, quien acompañó a Catalina en ese viaje a las Indias en el que a punto estuvieron de naufragar al llegar al golfo de México. En aquellas tierras, Catalina reafirmó su nueva personalidad. "Comía, bebía y dormía siempre con las armas en la mano". Aquel hombre con cuerpo de mujer era un ciclón. Destruía y mataba todo lo que se le ponía por delante en las grandes batallas de la Araucanía chilena.

Expulsado del ejército por desobedecer las órdenes, su trayectoria fue a peor. Jugador y pendenciero, mató a decenas de hombres. En un duelo fortuito atravesó con la espada a su hermano Miguel sin saber su identidad. Vivía "como una pluma llevada por el viento" hasta que en Huamanga (Perú) fue condenado a morir en la horca. Entonces se desveló el misterio: "Quiero morir como nací. Colgad a Francisco de Loyola, no a Catalina de Erauso". No murió y entró en la leyenda.

  • 'La mujer travestida', de Markus Orths (Salamandra), se publica en España a finales de este mes.

> Berria: Justizia > BLANCO, INDIGNADO CON EL PODER JUDICIAL POR EL "CASO MARI LUZ"

  • Blanco, indignado con el Poder Judicial por el 'caso Mari Luz'
  • "Si hubiera sabido que iban a actuar así, me hubiera replanteado mi voto", dice el 'número dos' del PSOE
  • El País, 2009-01-04
La herida que la sanción de sólo 1.500 euros impuesta por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a Rafael Tirado, el juez que dejó en la calle al asesino de la niña Mari Luz Cortés, ha infligido al Pacto de la Justicia sigue sangrando. Por aquel acuerdo, verbalizado en La Moncloa el 24 de julio de 2008 entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, Gobierno y oposición renovaron el órgano de Gobierno de los jueces. Pero el PSOE parece arrepentirse ahora del Poder Judicial que salió de aquel pacto: "Si hubiese sabido que algunos de los miembros del CGPJ que han sido elegidos por el Parlamento iban a tener el comportamiento que tuvieron, me hubiera replanteado mi voto [como diputado]", sentenció su vicesecretario general, José Blanco, en una entrevista de Europa Press.

Socialistas y populares pactaron la composición del nuevo Consejo hace apenas cinco meses. Para el PSOE, aquel flamante Consejo del Poder Judicial no ha pasado la primera prueba, por la que esperaban una suspensión de funciones para el juez que no ejecutó el ingreso en prisión del asesino de Mari Luz Cortés, a pesar de tener dos sentencias condenatorias por abusos sexuales a menores. Blanco opina que la tímida sanción obedece al "corporativismo" de los miembros del CGPJ, algo "rechazable y nocivo" en cualquier profesión, pero más grave aún "cuando son los propios jueces los que lo practican, porque se resiente todo el Estado".

Blanco atacó también al Partido Popular por haber guardado silencio tras conocerse la sanción del CGPJ a Tirado. "Recuerdo todas las declaraciones que hizo su líder, Mariano Rajoy, previamente sobre la necesidad de que hubiera una resolución ejemplar, y, en este sentido, echo de menos un pronunciamiento claro del PP".

Sobre la huelga que se están planteando convocar los jueces, Blanco opinó que sería "lo que le faltaba al Poder Judicial en relación con su credibilidad". El CGPJ, añadió, "es un órgano político, de gobierno de los jueces", por tanto "se puede opinar sobre sus decisiones, de la misma forma que se puede elegir. Aquí nadie es inmune a la aplicación de la ley y los jueces tampoco".

> Berria: Matxismoa > ENCADENADAS A SUS MARIDOS

  • Encadenadas a sus maridos
  • Si una israelí tiene hijos con otro hombre sin haber obtenido el divorcio, estos serán tratados como bastardos. Grupos feministas piden a los rabinos una relectura de la ley religiosa
  • El País, 2009-01-04 # Naiara Galarraga
Un puñado de israelíes no pueden casarse con quien quieran. Son los mamzerin, los bastardos. Los tribunales rabínicos llevan un registro -una especie de lista negra- que en 2004 contenía un centenar de nombres, según la prensa local. Durante 10 generaciones, estas personas sólo pueden casarse con otro mamzer o con un judío converso. En Israel, el matrimonio, como el divorcio o los entierros, se rige por la ley religiosa judía, dictada por sabios ancestrales y aplicada casi siempre por ultraortodoxos. Las bodas civiles no existen.

Menos impactante, pero mucho más extendido, es el problema de las mujeres a las que sus maridos niegan el divorcio.

Hombres como Meir Briksman, un tipo rubio, de 1,90 de estatura, residente en Jerusalén, judío askenazi (descendiente de los judíos que se asentaron en Centroeuropa en el siglo X). El tribunal rabínico de Jerusalén ha difundido carteles en los que exige a quien se tope con él que le haga el vacío. Que le "impida unirse a una sinagoga, le dé alojamiento o cualquier ayuda" hasta que conceda "incondicional e inmediatamente el divorcio a su esposa", que espera desde hace un lustro.

El proceso de divorcio frente a un marido recalcitrante se torna a veces en auténtico chantaje. A menudo, ellas renuncian a los hijos, a la pensión, a la casa, a todo, a cambio del divorcio. Lo que sea por romper el vínculo conyugal y tener más descendencia, si se tercia. Porque, si una mujer todavía casada tiene hijos con otro hombre, éstos serán considerados bastardos. Una situación que rabinos y mujeres intentan evitar a toda costa. En cambio, si la recalcitrante es ella, la halajá (la ley religiosa) ofrece una salida: el marido puede volver a casarse con todas las de la ley, religiosa, con el permiso de 100 rabinos.

Los jueces rabínicos han decidido dar a Meir Briksman, el jerosolimitano en búsqueda y captura, su propia medicina: él tampoco podrá casarse de nuevo "ni con el consentimiento de 100 rabinos". Es una medida extraordinaria. Rarísima vez los rabinos se ponen así de duros. Sólo el esposo puede romper un matrimonio judío.

La mujer de Briksman espera el divorcio desde hace un lustro. Pero hay casos como el de una israelí nacida latinoamericana que pide que se la identifique sólo con el nombre de Sara, que aguardó durante 19 largos años.

Sara, de 55 años, se casó en Israel como Dios manda a los judíos. Bajo una jupá, una tela sujeta por cuatro pilares, ante un rabino y dos hombres observantes de testigos. Y, por supuesto, el novio estrelló una copa de vino contra el suelo para recordar la destrucción del templo de Salomón hace 2.000 años. "En cuanto me puse bajo la jupá, me coloqué las esposas", recuerda esta profesora de educación física. No es literal, pero casi. Años después, la relación fracasó... y huyó con sus tres hijos y con lo puesto, pero sin el get (el documento que acredita el divorcio).

Sara y sus hijos llamaron a muchas puertas hasta dar con una comunidad que los acogiera. "Ninguno me aceptaba por no estar debidamente divorciada; nadie quería líos". "De casualidad, en 1993, por una prima uruguaya que conocía a un rabino en EE UU, llegué hasta Yad Leissa ['Una mano para la mujer']", que es una ONG israelí que asesora a mujeres en la batalla legal para divorciarse. "Una abogada religiosa me ayudó gratis a partir de entonces", explica. El marido le ofrecía el divorcio a cambio de que ella asumiera sus inmensas deudas con la Seguridad Social. Ella nunca cedió. La pasada primavera, cuando ya nadie daba un duro por su caso, él le concedió la libertad. Aún no se explica por qué le ha dado el sí ahora, tras 19 años de noes. Pletórica, muestra su nuevo carné de identidad: "Mire, pone divorciada".

Los grupos de mujeres recalcan que la ley religiosa judía, desde hace siglos, y la ley israelí, desde 1995, contemplan sanciones para que el marido cambie de opinión. Tales castigos van desde negarle un entierro judío a retirarle el carné de conducir, la licencia profesional e incluso mandarle a prisión. El drama es que los tribunales rara vez las aplican. Sólo en 38 de los 8.000 procesos de divorcio existentes en 2005 hubo sanciones, según datos de Ruth Halperin-Kaddari, presidenta del Centro para el Avance del Status de las Mujeres de la Universidad de Bar-Ilan. "El motivo es que casi todos los jueces rabínicos son ultraortodoxos nada sensibles con la trágica situación de estas mujeres", explica la profesora.

Imposible saber con exactitud cuántas israelíes renuncian a sus derechos para obtener el divorcio. Una encuesta reveló que 100.000 mujeres israelíes se han visto o temen verse en semejante situación. "Mucha gente cree todavía que este asunto no va con ellos, pero puede afectar a cualquier judía casada por lo religioso", advierte Halperin-Kaddari.

En Israel, un divorcio supone bastante más que la batalla entre un hombre y una mujer. "Aquí es además una batalla entre los tribunales rabínicos y los civiles", según Halperin-Kaddari. Ambos conviven en equilibrio frágil desde la fundación del Estado judío, en 1948. Susan Weiss, del Centro para la Justicia con las Mujeres, coincide con la profesora en que la solución global está en una aplicación más moderna, más abierta, de la ley judía.

La halajá bastó para resolver el problema de las agunot (mujeres cuyo marido está en paradero desconocido) creadas por el Holocausto, recuerda Judith Garsón-Djemal, gibraltareña, colaboradora de la ONG Mavoi Satum (Callejón sin Salida). Los cadáveres de sus maridos jamás fueron hallados. Sin esa prueba, en principio, seguirían casadas. Lo mismo ocurrió tras el 11-S. En ambos casos, jueces rabínicos las liberaron para comenzar una nueva vida. Y para poder tener hijos. Las agunot son hoy pocas, pero existen. Tami Arad lo es desde hace 22 años, desde que su marido, Ron, aviador israelí, desapareció en combate en Líbano.

Sara, que no era, ni es, religiosa, tiene hoy una nueva pareja. A veces ambos bromean sobre una boda. Y, pese a las desventuras de estas dos décadas, ella señala que sería una ceremonia religiosa, bajo la jupá.

> Berria: Eliza > EL VATICANO ASEGURA QUE LA PILDORA ANTICONCEPTIVA "CONTAMINA Y CAUSA INFERTILIDAD MASCULINA"

  • El Vaticano asegura que la píldora anticonceptiva "contamina y causa infertilidad masculina"
  • El médico español José María Simón Castellví afirma que este método anticonceptivo daña el medio ambiente porque "a través de la orina se liberan toneladas de hormonas"
  • El País, 2009-01-04 # EFE · Madrid
El Vaticano ha vuelto a arremeter contra con los métodos anticonceptivos y asegura que la píldora "tiene consecuencias devastadoras para el medio ambiente" y es una de las causas de la infertilidad masculina, según publica el periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano.

En un artículo publicado este sábado, el español José María Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), asegura que los anticonceptivos orales, que comúnmente se conocen como "la píldora", pueden tener efectos abortivos y son devastadores para el medioambiente, ya que a través de la orina se liberan toneladas de hormonas. Además, la liberación de estas hormonas es, según Castellví, "una de las principales causas de la infertilidad masculina en Occidente".

El artículo se titula Humanae vitae, una profecía científica, en relación al nombre de la encíclica (1968) de Pablo VI en la que se calificaba de "inmoral" el uso de todos los anticonceptivos, incluidos los orales, para evitar tener hijos. "La píldora anticonceptiva, la más usada en el mundo industrialzado, aquella con una baja dosis de estrógenos y progestínicos, funciona en muchos casos con un efecto abortivo, ya que puede ayudar a expulsar un pequeño embrión humano", indica el médico.

"Viola derechos humanos"
Por otra parte, Castellvi agrega que tiene "datos suficientes" para afirmar que la "contaminación ambiental", que provoca la liberación de hormonas a través de la orina de las mujeres que usan la píldora, "es uno de los motivos por los que el hombre en Occidente produce cada vez menos espermatozoides".

Para el médico, el uso de la píldora, considerado el método anticonceptivo más eficaz para evitar embarazos no deseados, y calificado por millones de mujeres como una de las grandes revoluciones femeninas, viola además "al menos cinco importantes derechos humanos". Los métodos anticonceptivos como la píldora "violan" el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a la información, y a la paridad de sexo, añade el artículo.

> Erreportajea: Indarkeria > SANGRE DE MUJER

  • Sangre de mujer
  • Un total de 584 mujeres han muerto desde el año 2000 a pesar de que un ejército de jueces, policías y psicólogos se ha movilizado para defenderlas. La ley contra la violencia machista no logra frenar una marea de historias dramáticas. ¿Qué hay que hacer para que se corte esta sangría?
  • El País, 2009-01-04 # Jerónimo Andreu
Estas navidades murieron seis mujeres. A lo largo del año han sido 73, según los cálculos de este periódico; un promedio de una víctima cada cinco días. Puede parecer que 73 mujeres no son muchas. La quiosquera, la conductora de autobús, la compañera de oficina... ¿Cree usted que trata con muchas más de 73 mujeres al día? Si los crímenes machistas de 2008 se hubieran concentrado en una sola población, todas las mujeres con las que hablara hoy podrían estar muertas. Muchas, después de haber compartido el desayuno con su verdugo.

Setenta y tres mujeres tienen 73 asesinos. Y no se trata de alimañas ocultas en oscuras cavernas; son el quiosquero, el conductor de autobús, el compañero de oficina... Hombres que fuera de casa pueden resultar normales, pero que bajo la chaqueta visten uniforme de torturadores. En los casos más dramáticos, cuando no están golpeando, rompiendo, desgarrando, son cariñosos y seductores. Muchos de ellos matarán a su pareja después de haberla acariciado unas horas antes.

Para proteger a las amenazadas, el Estado ha movilizado a miles de policías y guardias civiles, creado juzgados especializados, equipado a las prisiones con terapeutas, desarrollado decenas de campañas publicitarias para convencer a las mujeres de que denuncien a sus maltratadores, a los maltratadores de que no son bienvenidos. Desde que la Ley Integral contra la Violencia de Género nació en 2005, existen órdenes de protección que permiten dictar rápidas medidas cautelares penales (el alejamiento) y civiles (la atribución de la vivienda familiar a la víctima), protocolos de coordinación entre jueces y policías, teléfonos de asistencia, centros de acogida, pulseras localizadoras de maltratadores... Y aun así, en 2008 hubo 73 víctimas (a día 30 de diciembre), 74 el año anterior, 68 en 2006, 584 desde 2000. ¿Qué se puede hacer para detener este reguero de sangre? ¿Por qué siguen muriendo?

Entre el 25 y el 26 de febrero, en una sangría similar a la vivida en los últimos días, cuatro mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas y ex parejas. No eran vacaciones, el periodo en el que se suele pensar que dan flor los maltratadores, abonados por el ocio y los roces de la convivencia, y regados con alcohol; al contrario, eran elecciones. Los partidos reaccionaron hablando de un "pacto de Estado", el PSOE convirtió la lucha contra el machismo criminal en una prioridad para su segunda legislatura. Se crearon muchas expectativas, nació un Ministerio de Igualdad cuya gran tarea es conseguir que se aplique la ley de violencia de género de forma transversal (en los juzgados, en las escuelas, los trabajos...). Hoy por hoy, ese ministerio declina explicar por qué este año han muerto tantas mujeres como el pasado. Tras tres semanas de gestiones, EL PAÍS no consiguió que respondieran a sus preguntas ni la ministra Bibiana Aído ni el delegado del Gobierno de Violencia de Género, Miguel Lorente; ningún otro técnico se encontraba disponible. El ministerio remite exclusivamente a las declaraciones públicas de Aído.

Una de las cuatro víctimas del 26 de febrero fue Virma Gimeno, de 44 años. Analizar la cadena de errores que permitieron su muerte resulta didáctico. Fallaron los juzgados, los planes de rehabilitación, la orden de alejamiento y, sobre todo, el entorno social. Antonio Urban, el asesino de la que fue su mujer durante 15 años, llevaba semanas arrastrándose por los bares de Cullera (Valencia) gritando que necesitaba un arma para atracar un bar.

El 2 de enero, Urban fue condenado a cuatro meses de cárcel, 16 meses de alejamiento a 200 metros y 16 meses de prohibición de tenencia de armas. Virma le había denunciado después de que la amenazara con un cuchillo. Atrás quedaban cientos de palizas de las que nadie quiso hablar hasta que Urban estuvo en la cárcel. Ese día, los vecinos comenzaron a recordar: una vez le rompió una pierna, otra un brazo, en un bar le pegó un puñetazo en un ojo...

Un juez suspendió el ingreso en prisión a condición de que el maltratador asistiera a un curso de rehabilitación. El problema es que en Valencia no se impartían. Urban se dedicó a merodear la casa de Virma. La Guardia Civil sabía que estaba violando la orden de alejamiento porque llamaban frecuentemente a la mujer para preguntarle si estaba bien; ella respondía que sí pero...

El martes, Virma tomaba un café con sus amigas en un bar cuando Antonio se le acercó. "Sabes que no puedes estar aquí. Vete o llamaré a la Guardia Civil", le advirtió ella. Él respondió descerrajándole un tiro en el pecho. Los testigos le vieron alejarse impertérrito, con el arma humeante.

Los juzgados no fueron efectivos. Ocurre más veces. Por ejemplo, en el de primera instancia e instrucción número 5 de Torrejón de Ardoz (Madrid), un juzgado que parece corriente, con seis funcionarias que se afanan sobre columnas de carpetitas rojas y amarillas poco antes del almuerzo. Su peculiaridad estriba en que, además de las instrucciones normales, tramita casos de violencia sobre la mujer. Es uno de los 375 juzgados compatibles de España.

Por un cúmulo de errores en este tribunal, Sylvina Bassani murió el 10 de abril en Alovera (Guadalajara). La responsable del juzgado, la magistrada Gemma Poveda, alertó de que estaba desbordada; antes que ella, lo había avisado su predecesora. Una investigación de este periódico concluyó que, si las 388 denuncias de Torrejón representaban el umbral a partir del que un juzgado de violencia machista está colapsado, en España había en noviembre 59.

No sólo falló la acumulación de casos. Los funcionarios eran suplentes e inexpertos; la psicóloga judicial tenía un récord de quejas y afirmó que Sylvina no sufría malos tratos; el juez creyó que, después de varios incumplimientos de la orden de alejamiento, no hacía falta escuchar la declaración de Sylvina ni pedir un informe psiquiátrico del ex marido, Javier Lacasa, un militar con antecedentes de intento de suicidio.

Frente a los compatibles, como un grado más en la evolución, se presentan los juzgados exclusivos. Son 83. Tienen un fiscal especializado y un equipo integral de valoración de riesgos compuesto por trabajadores sociales, médicos y psicólogos que estudian a la víctima, al agresor y a su entorno. Uno de estos juzgados es el feudo de Sonia Chirinos. En su sede de Madrid, los muebles están flamantes, las cajas de libros por el suelo y los informáticos pululan colgando cables.

Chirinos no admite una crítica a la ley. "Es un muy buen instrumento, pero la raíz del problema es otro: las soluciones empezarán a llegar con nuestros hijos, a los que hay que dar una educación diferente de la nuestra, no machista. Mientras, no podemos quedarnos de brazos cruzados y hay que solucionar los casos que se van produciendo". Ésa es la opinión aplastantemente mayoritaria entre los entrevistados para este reportaje: el problema está en la educación; los juzgados son un corolario. Chirinos abunda en la opinión de que las mujeres se sienten con los nuevos instrumentos jurídicos más cómodas para denunciar. "Antes, una agresión machista era una simple falta; ahora es delito, y eso da garantías".

Los procesos son muy exigentes por la inmediatez que exigen. "Las cosas salen adelante gracias a un plus de trabajo", explica Chirinos. Lo confirma la cara de agotamiento con que la fiscal abandona la sala a las cuatro de la tarde después de siete juicios. Casi 70.000 denuncias se presentaron en el primer semestre del año. Se solicitaron 20.607 órdenes de protección, de las que se concedieron más del 70%. El volumen de trabajo duplica al del segundo semestre de 2005, cuando empezó a funcionar la nueva ley. Los empleados de los juzgados celebran que a partir de enero se incluyan guardias.

En uno de los primeros juicios de la mañana queda claro que la ley ha tenido calado popular. "Yo nunca le pegaría a mi mujer, señoría. Sé cómo está la ley", se defiende el acusado. "No examinamos sus conocimientos jurídicos. Queremos saber qué pasó esa noche", es la respuesta. A la juez le preocupa que algunos hombres crean que han caído en un aquelarre. El acusado está frente a cinco mujeres (entre fiscal, abogada, secretarias y juez). Chirinos insiste en que éste no es un asunto femenino: en Madrid, cinco de los diez juzgados especializados están dirigidos por hombres. Aun así, en los cinco juicios siguientes, ninguno de los abogados que defienden a presuntos maltratadores es una mujer. En la sala, los roles continúan repartiéndose. Los hombres se sienten en gran medida ajenos al problema.

Es lo que opina Antonio García, miembro de la coordinadora de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género: "Somos el grupo social del que sale la violencia machista. El problema es, esencialmente, masculino. Hasta ahora, muchos hombres han considerado que era suficiente con no ser ellos maltratadores para situarse al margen del problema. Pero no: es necesario cambiar los mandatos del machismo".

La falta de preparación y sensibilidad de muchos letrados y jueces es una reclamación de los comprometidos con la ley. En uno de los juicios de la mañana, un abogado aconseja a su defendido que asuma su culpabilidad y acate una orden de alejamiento: ése es el acuerdo al que ha llegado con la fiscalía a cambio de que su cliente evite la cárcel. Lo que a éste nadie le ha explicado es que se queda sin domicilio. Cuando se entera, con la sentencia ya firmada, pregunta con estupor: "¿Y dónde vivo yo ahora? ¿Y quién cuidará de mi hijo durante la noche mientras mi mujer trabaja?". La sala se llena de desaprobación. "Le ha liado para quitarse el caso de encima", protesta una secretaria. "Esta pareja no sabe a qué se han comprometido. Él acabará violando la orden de alejamiento e irá a la cárcel, si antes no hace una barbaridad", se queja impotente otra de las presentes en la sala.

El problema se agrava porque son inmigrantes. La mujer está sola, no tiene con quién dejar al niño. Su red social es su marido. En esta ocasión, tiene un trabajo y se ha atrevido a denunciar, pero no es lo habitual. La vulnerabilidad de las mujeres aumenta cuando no tienen papeles: entonces no se atreven a pedir ayuda. Las inmigrantes mueren más -son el 10% de la población, pero el 45% de las muertas- no exclusivamente por una razón de valores culturales; el principal problema es que están aisladas. La elevada tasa de violencia en el colectivo es para Inmaculada Montalbán, vocal del Consejo General del Poder Judicial y presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género, una de las razones que explican que no baje la tasa de muertes: "Entre los españoles se ha producido un leve descenso fruto de la política de sensibilización, que por el momento no llega tan bien a los extranjeros". Continuamente se habla de la necesidad de activar programas específicos de asesoramiento y sensibilización a mujeres y hombres inmigrantes, pero eso, como tantas cosas por el momento, son sólo ideas.

La letra de la ley recibe pocas críticas, pero recaen muchísimas sobre la escasez de recursos con la que se quiere sacar adelante sus ambiciosos postulados. No sólo en los juzgados se sienten desbordados. Las protestas de sindicatos policiales son constantes porque el aumento de denuncias no ha traído aparejado el de efectivos. El Ministerio de Interior afirma que 1.848 policías y guardias civiles están especializados en la lucha contra la violencia machista, pero que todos los agentes de Seguridad Ciudadana combaten el problema. Alfredo Perdiguero, portavoz del sindicato Unión Federal de Policía, es muy crítico con las dotaciones de las nuevas Unidades de Prevención, Asistencia y Protección contra los Malos Tratos a la Mujer (UPAP). En cada comisaría española hay por ley dos funcionarios de las UPAP, que dan un teléfono a las maltratadas por si se aproxima el agresor y se ocupan de controlar a éstos al mismo tiempo. "En Madrid, entre 20 y 50 mujeres dependen de un solo policía. ¡A ver cómo las controla si le llaman dos a la vez! Si no estás de guardia, llegas y ya la han matado cien veces. Tienes que hacer de guardaespaldas, de psicólogo, y no estamos formados para eso... Es una responsabilidad terrible", se queja Perdiguero.

Los fallos en la vigilancia han provocado auténticas carnicerías. Maximino Couto, el hombre que mató a su pareja en Pontecaldelas (Pontevedra) hace un mes, mientras estaba de permiso penitenciario, debía estar monitorizado por un brazalete telemático de localización. El funcionario encargado de vigilar la pantalla se despistó y Couto asesinó a su novia, Rosario Peso; intentó matar a su ex mujer, e hirió a dos vecinos y a un policía. Instituciones Penitenciarias argumenta que es el único fallo registrado en los 150 reos que usaron el sistema desde 2006. Pero todos los sindicatos coinciden en que de poco valdrá el anuncio del delegado del Gobierno de Violencia de Género de que contratará por cinco millones de euros un nuevo modelo de brazalete multialarma si no hay funcionarios para controlarlos.

Teniendo en cuenta que las denuncias van en aumento, los juristas insisten en la necesidad de que se afinen los medios para valorar qué mujeres son las que corren más riesgo. No puede haber 120.000 mujeres más con un escolta cada año. Isabel Iborra, coordinadora científica del Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia, considera que la solución pasa por evitar los riesgos mejorando las dotaciones de los equipos de evaluación y centrando el trabajo en ciertos indicadores, como las amenazas de asesinato o de suicidio, los perfiles psicológicos y los antecedentes penales. ¿Por qué no se trabaja más en esta vía?: falta de recursos.

Una de las ausencias de inversión más sangrantes se produce en los programas de rehabilitación, coordinados por Instituciones Penitenciarias. El Observatorio de Violencia se queja de que no están implantados por todo el territorio (están presentes en 52 centros, y se espera la inauguración de 10 más) y no son homogéneos en todas las comunidades. También recela de la formación de los 146 terapeutas (aparte de los catalanes, con más experiencia y medios).

Muchas asociaciones feministas se preguntan por qué, si el que pega a su vecino no va a rehabilitación, lo hace el que golpea a una mujer. Enrique Echeburua, catedrático en Psicología Clínica y pionero del estudio de la violencia machista en España, considera que las primeras interesadas en que esto sea así son las mujeres. Él llegó a la rehabilitación de maltratadores hace 15 años a partir del trabajo con maltratadas. "Esos hombres tendrán más relaciones aunque vayan a la cárcel, y alguien violento es una bomba". En todo caso, los programas no llevan aparejados beneficios penitenciarios.

Dos terapeutas controlan a grupos de 10 reclusos. La terapia consta de reuniones de dos horas semanales durante un año, aparte de la tarea para hacer en casa o la celda. La autoexploración sentimental es parte fundamental del tratamiento de hombres que no saben contener su ira. Para aprender a reaccionar, apuntan en un bloc qué han sentido y cómo han reaccionado a determinados acontecimientos.

Para un déspota, cualquier tos es una provocación. Buena parte de los incidentes nacen de la incapacidad de los maltratadores para entender que el mundo no está en guerra contra ellos. A Rita Cassia Santos su novio le pegaba "porque era guapa". El 29 de enero de 2007 la mató de un disparo en Soria. Una de las prioridades de los terapeutas es hacer comprender a los agresores que si, cuando llegan del bar, la sopa está fría, no es porque su mujer haya estado flirteando con todo el barrio.

Los psicólogos insisten también en transformar los roles. Ángel Gramage, terapeuta de familia y miembro del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid, considera que el reparto de papeles activos y pasivos desde la infancia explica que entre homosexuales también exista la violencia doméstica: "Se enseña a vivir en pareja desde la desigualdad. La parte que ha sido educada para luchar (el papel masculino) recluye a la preparada para amar y cuidar (el femenino), cortándole la autonomía. Es el prejuicio de la dominación".

Según Enrique Echeburua, el maltrato nace no sólo de una mala educación sobre el papel de la mujer, también del uso de la violencia para resolver conflictos. "Si los niños ven en casa que ejerciendo la violencia te sales con la tuya, seguirán ese camino".

Los terapeutas de Instituciones Penitenciarias calculan que un tercio de los participantes en los programas quedan rehabilitados casi por completo y la mitad parcialmente. Echeburua es más pesimista: sus estudios muestran que sólo un 60% no se desvincula de los programas; de los que siguen, el 67% no reincide pasado un año. "No es para tirar cohetes, pero es necesario", concluye.

Frente a la reinserción, se plantea un debate ético: ¿cómo acoger a un hombre que maltrata a su mujer? Joan Carles Navarro, director del centro penitenciario Brians 1 (Cataluña), sabe que "tiene mejor pronóstico la persona que es bien acogida, pero eso es muy complicado". Jesús Herrero, psicólogo de un programa de rehabilitación en cárceles del País Vasco, está de acuerdo: "El rechazo social tiene que ser patente, pero individualmente hay que tender puentes para recuperar al maltratador y salvar vidas".

Una vez terminados los cursos, lo ideal es pasar a un tratamiento ambulatorio en el exterior, pero el seguimiento no es siempre ideal. Depende de asociaciones y ONG con convenios con las comunidades. Una red insuficiente, "sobre todo porque la dinámica social va en nuestra contra", explica Herrero. "Hoy he ido a un centro comercial y he hecho fotos de la sección de juguetes para llevarla a la terapia. Los de niña estaban en estantes rosas y eran todo cocinitas; estos hombres con distorsiones de la percepción y roles muy marcados ven cosas así y refuerzan su comportamiento".

Ante esta reflexión, la siguiente pregunta es obvia: ¿por qué el resto de hombres que han jugado con soldados de plástico no son maltratadores? "Si se deja que todo dependa de la gestión de la violencia de cada individuo, siempre habrá quien no sea capaz de resolver problemas. Sin más implicación colectiva para eliminar riesgos del entorno, la violencia no va a descender", dice Herrero.

Analizando las causas de fracaso, los terapeutas vuelven a referirse a un problema fundamental: la dificultad para llegar a los inmigrantes. Jesús Herrero lo explica: "Esos hombres no se sienten inadaptados porque en su entorno no es tan repudiable pegar. La familia tampoco lo ve mal, y hasta hay mujeres que nos llaman preocupadas porque sus maridos ya no les pegan y creen que ya no les quieren... Nadie en el entorno lo ve chocante, y así no se rehabilitan".

Conocer al que mata mujeres parece imprescindible. El problema es que, más allá de los clichés, no hay un prototipo de maltratador. El cruce de perfiles psicológicos y un estudio de casos del Consejo General del Poder Judicial muestra un tipo que ni está loco, ni es drogadicto ni alcohólico, sino un español de entre 25 y 40 años con un trabajo poco cualificado que actúa en pleno uso de sus facultades mentales. Pasearse por un juzgado de violencia parece corroborar la extracción social de los maltratadores, pero la juez Chirinos avisa contra las opiniones precipitadas: "Hoy no, pero otros días hemos juzgado a profesores universitarios e incluso a abogados". Ninguna clase social está a salvo de la ira.

La idea de la predeterminación psicológica del agresor tiene mucho de bálsamo tranquilizador, "pero también es cierto que la mayoría de los que llegan a los delitos más graves (homicidio, lesiones) reúnen una serie de características", explica Isabel Iborra, del Centro Reina Sofía. Son las distorsiones de la realidad, la falta de empatía... ¿Y existe un perfil psicológico de maltratada? "La responsabilidad hay que ponerla exclusivamente en el maltratador", ataja Iborra. Sin embargo, resulta innegable que hay mujeres que huyen de la vera de su verdugo antes que otras. "Es cierto que algunas personas han vivido situaciones anormales que les hacen pensar que otras son corrientes. Un tercio de las maltratadas habían sufrido ya maltratos alguna vez. Otras han sido educadas en la sumisión, y siempre hay gente más vulnerable; pero lo principal es que los agresores trabajan machacándolas psicológicamente para que acepten los abusos". Echeburua confirma que hay mujeres que sufren a veces alteraciones cognitivas. Incluso chicas muy jóvenes aceptan el control masculino como una demostración de cariño, como un corolario a la pasión.

Manoli ilustra bien esta posición. Hace unas semanas llegó a casa después de una cena de trabajo y su marido la recibió a puñetazos. Estaba loco de celos. "Te había advertido de que no fueras", le gritaba fuera de sí. La mujer llamó a la policía, pero en el último momento decidió no poner denuncia; los agentes tampoco, porque consideraron que el suceso fue una simple pelea.

Similar, no en las formas pero sí en el contenido, es lo que pasó con Asunción. Una noche, después de una tremenda discusión con su pareja, se derrumbó y le confesó a los amigos del hombre con el que iba a casarse que su querido compañero de copas estaba destruyéndole la vida. Desde que vivían juntos, el hombre que la había enamorado -juerguista, guapo, inteligente- la había convencido para que dejara de trabajar, no le permitía salir y ya habían tenido algún episodio violento. Sentada en la playa de Almería, Asunción se desahogó. Los amigos intentaron mediar con el novio -todo les casaba ahora: la vida sentimental de éste era una sucesión de princesas secuestradas- y él les dio con la puerta en las narices. "Asuntos privados", les dijo. Asunción no quiso volver a hablar del asunto. La pareja se casó y los amigos confidentes no fueron invitados a la boda.

Manoli y Asunción representan a las miles de mujeres que no quieren hablar. Ni siquiera han querido participar en este reportaje con sus verdaderos nombres; su historia se ha reconstruido con voces de familiares y amigos preocupados. Manoli no había sufrido antes malos tratos, es emprendedora y decidida, nadie se esperaba que, cegada por los encantos de su novio, también atento y elegante, pudiera aceptar un trato así. El caso de Asunción es distinto; su anterior relación siguió un patrón similar: el hombre empuñó el látigo y ella aceptó los golpes esperando que algo cambiara. Asunción no era tan fuerte como las otras chicas que habían pasado por la vida del hipnótico juerguista con el que se acaba de casar: ellas consiguieron escapar; Asunción ya es madre del primer hijo de su maltratador.

Casos como estos dan idea de la profundidad de las raíces de la dominación psicológica y cultural. "Está costando más de lo que nos podíamos imaginar", admite la magistrada Monserrat Comas, antigua presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género. "Jamás pensé que en democracia nos costaría tanto. Provenimos de décadas de discriminación", añade.

Las mujeres van ganando poco a poco cotas de libertad, y los hombres más refractarios a permitirlo actúan con agresividad. La sucesora de Comas, Inmaculada Montalbán, coincide en el análisis de que el crimen es el resultado de los intentos de la mujer por deshacerse de las cadenas del hábito de dominación. "Estas muertes revelan que hay hombres que no admiten el uso que hace la mujer de su autonomía. La violencia es una respuesta al intento de liberación. Por eso es en los momentos en los que se anuncia la separación cuando aumenta el riesgo de agresión". En los días en que las mujeres no protestaban, no hacía falta matarlas.

Maximino Couto o Antonio Urban aniquilaron a sus víctimas no en un arranque de ira, sino como un ajusticiamiento. Sus asesinatos estaban planeados. Se hicieron con el arma del crimen, esperaron a que la víctima no pudiera escapar, a que bajase la guardia. Sabían que sacrificaban su libertad, sus apoyos sociales, incluso el amor de su vida, pero la frialdad con la que cometieron el asesinato hace pensar que era una cuestión de principios, los suyos. Con su aborrecible crimen dejaban escrito un manifiesto y la defensa de un proyecto social: la supremacía masculina, el sometimiento de las mujeres levantiscas.

Isabel Iborra opina que esta línea de análisis, la más común entre los grupos feministas, entraña el riesgo de convertir al asesino en mártir; y tampoco se puede caer en idealizaciones: al lado del 20% de maltratadores que se suicidaron este año porque no soportan la condena social o el dolor, y del 20% que se entregaron con culpa u orgullo, más de un 50% escaparon como conejos. Para esta especialista es fundamental no regalar justificaciones al asesino.

Iborra desarrolla la idea: el crimen pasional es un concepto romántico para explicar un acto horrendo; el crimen por compasión (ancianos que matan a su pareja por no poder cuidarla y luego se suicidan), una nueva versión de impotencia y sentido de la propiedad. "Siempre hay un hecho precipitador, o una simple excusa: una pelea, el miedo a que te abandonen, a no responder a las expectativas, pero el problema es que estos individuos no saben resolver los conflictos", concluye. El crimen es el último eslabón, otra cosa es que los vecinos no sintieran que los tabiques palpitaban mientras en su interior se gestaba el drama.

El ciclo sólo lo puede romper la mujer. Y las que están en una situación más dramática únicamente lo harán con ayuda. Pero hay pocas que piden auxilio. El porcentaje de fallecidas en 2008 que habían denunciado a su pareja o ex pareja fue tan sólo del 23%, menor que en 2006. Cuando no hay denuncia, ni siquiera empiezan a funcionar los mecanismos de protección del Estado. Y el Estado no ha conseguido crear y extender la impresión de que la mujer que se acerca a denunciar está a salvo de todo mal. Casos como el de Maximino Couto, en el que la protección policial, las pulseras localizadoras, los jueces y los terapeutas no salvaron la vida de Rosario Peso, son una flaca ayuda en esta lucha.

La carencia de un asesoramiento legal más completo a las mujeres que quieran acudir a los juzgados está en relación con la ausencia de denuncias y con la cantidad de víctimas que se niegan a declarar una vez llegado el juicio. En virtud del artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, existe la posibilidad de no declarar contra la propia pareja. En círculos jurídicos existe un debate sobre la posibilidad de suspender esta dispensa en los casos de malos tratos. Desde el punto de vista de las víctimas, la dificultad psicológica de la situación hace muy difícil intervenir. ¿Hasta qué punto puede hacerse caso a una maltratada cuando es evidente que ésta está bajo presiones? ¿Es consciente del riesgo que corre? No es fácil imaginar que la misma persona con la que se ha convivido, con la que se tienen hijos, vaya a ser capaz de matar.

En el juzgado de Sonia Chirinos se puede comprender la relevancia de este problema cuando una marroquí a la que su marido colocó un cuchillo en la garganta rechaza declarar contra él. "Mi hijo me odia desde que su padre está en la cárcel. No puedo hacerlo", se justifica. En este caso hay una testigo que permite seguir adelante con el proceso, pero cuando no se da esa suerte, los juicios se hunden en el sobreseimiento. Monserrat Comas considera que hay que eliminar esa dispensa. "Hay que dar todo el asesoramiento y ayuda antes de la denuncia; las mujeres tienen que saber que se las apoyará para encontrar trabajo y acogida. Y luego, después de todo eso, hay que ser coherente". El problema es el de siempre: un asesoramiento jurídico más completo requiere personal y medios.

A pesar de los continuos reveses de confianza, nadie niega que la llave del problema está en la sensibilización. En la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, el 2,5% de los ciudadanos considera la violencia contra la mujer el principal problema del país; en 2004, esta proporción era del 6,4% tras el gran debate social por la ley, y, en consecuencia, la cantidad de crímenes descendió. La tendencia actual preocupa. ¿Dónde están todas esas llamadas a convertir la educación en el arma más efectiva contra los maltratadores? Abundan las indecisiones en la política de divulgación, los mensajes no llegan claros. Desde el Ministerio de Igualdad, se anima a discutir sobre el asunto, pero también avisa a menudo del efecto rebote: no está claro si la información periodística alienta nuevos crímenes. Es materia de discusión si los agresores copian procedimientos o se inspiran en la acción de otros asesinos por los que sienten solidaridad. La acumulación de casos durante estas navidades alimenta esa teoría. ¿Este reportaje está animando a alguien a matar a su pareja? La respuesta parece la de siempre: el detonante puede estar en cualquier parte. El problema es que el deterioro de la situación ha llegado a ese punto.

Aunque las llamadas a atajar el problema desde la educación son constantes, por el momento no ha habido grandes intervenciones. Inmaculada Montalbán cree que existen ya algunos mecanismos útiles para convertir la escuela en el motor del cambio, pero no se ha permitido que se desarrollen apropiadamente por cuestiones políticas, como es el caso de la Educación para la Ciudadanía. Monserrat Comas es menos optimista: "No conozco ninguna evaluación seria de las medidas educativas para la igualdad", se lamenta. Una investigación publicada el pasado 17 de noviembre por la Facultad de Sociología de la Universidad del País Vasco demostraba que los jóvenes de entre 15 y 20 años conciben el maltrato como una acción que admite diferentes niveles de intensidad y, por tanto, de tolerancia. En ese contexto, sorprende menos que siete de los asesinatos del año 2008 fueran cometidos por hombres menores de 31 años, teóricamente más concienciados.

La permanencia del problema obliga a plantearse si existe una cifra estructural de asesinatos machistas de la que es imposible bajar. La siguiente pregunta es si, de existir ésta, España se está aproximando. ¿Setenta y tres mujeres es lo mejor a lo que se puede aspirar?

Para responder a la primera cuestión, se puede revisar el Segundo informe internacional de violencia contra la mujer del Centro Reina Sofía. El trabajo, con datos de 2003, sitúa a España porcentualmente a la cola de los países europeos en número de asesinadas por violencia de género, por debajo de países de la primera división social, como Reino Unido, Dinamarca, Finlandia o Suiza.

El problema es que los datos no son en absoluto completos. Sólo 23 países registran y hacen públicas informaciones sobre muertes de mujeres a manos de su pareja o ex pareja. Estados Unidos, Francia, Italia, Irlanda y Grecia no participan en el estudio porque no miden estos asesinatos como una tipología delictiva específica, sino como simples homicidios. El caso de España es particular: se viven como un problema cultural, en buena parte como resultado de una muerte traumática, la de Ana Orantes, una granadina a la que en 1997, tras haber denunciado por televisión a su marido, éste ató a un radiador y quemó viva con gasolina.

La preocupación por el tema, que ha llevado a computar los casos de violencia machista como la primera causa de muerte dolosa violenta, ha convertido a España en una referencia judicial en el mundo. Se ha sacado el problema del ámbito privado y trasladado al público como problema de derechos humanos. Las autoridades no se cansan de repetirlo. El lado oscuro de esa actitud es que ha creado una sensación de depresión y culpa generalizada. "Quizá las expectativas que se dieron en un primer momento fueron irreales; se pudo crear la impresión de que los frutos serían inmediatos. La ley es un buen instrumento, pero se necesita voluntad política para extenderla a otros ámbitos además del judicial, y tres años y medio después no se han desplegado esos medios", explica Comas.

Tal como lo explica Echeburua, la violencia es una constante en la historia. "Por supuesto que hay factores sobre los que podemos y debemos incidir, pero al final las posibilidades de pasar del amor al odio son ilimitadas e incontrolables". La sociedad tendrá que asumir que seguirán muriendo mujeres, pero no desde la resignación. El número de asesinatos probablemente nunca llegará a cero, pero el primer objetivo es llegar a la tolerancia cero para que los maltratadores sepan que no se les va a aplaudir, que su crimen no quedará impune.

Y luego están las biografías trágicas. Joan Navarro considera que existe un problema de valores sociales, pero cree que a medio camino entre los gravámenes culturales y las dificultades individuales para gestionar la ira, discurren los miles de casos de maltratados en su infancia que serán siempre una fuente de conflictos. Gente que ha aprendido a razonar a golpes y para la que no es fácil cambiar.

Invertir la dirección en la que han girado los engranajes de la historia es complicado. Arrostrar la capacidad humana de ser infeliz y de hacer infelices a los otros es extenuante. Las dificultades a las que se enfrenta la sociedad para conseguir que mujeres como Rosana, Virma y Sylvina dejen de sufrir y morir son colosales. Eso no es, sin embargo, una razón que pueda explicar por qué víctimas que debían tener protección del Estado son acuchilladas en sus casas; tampoco una excusa para que nadie haga oídos sordos cuando escucha golpes y gritos en el apartamento de al lado. Setenta y tres mujeres asesinadas son muchas.

> Iritzia: Juan Manuel de Prada > DERECHOS HUMANOS (Y II)

  • Derechos Humanos (y II)
  • XLSemanal, 2009-01-04 # Juan Manuel de Prada
Occidente –observábamos en un artículo anterior, a la vez que reclama el cumplimiento de los derechos humanos a otras naciones, se niega a definir objetivamente el contenido de tales derechos; se niega, incluso, a reconocer la existencia de una «naturaleza humana». Los redactores de la Declaración consideraban que la igualdad es la idea central del Derecho; y, aceptado que todos los seres humanos son iguales por naturaleza, se aceptaba que la naturaleza humana tiene algo que puede conocerse y que siempre y en todo lugar es lo mismo. Pero hoy se desprecia la idea de que exista una naturaleza humana y de que se la pueda conocer a través de la razón. Se defiende, a cambio, el constructivismo, que no es específicamente una ideología política (aunque tiene implicaciones políticas: del constructivismo nace, por ejemplo, la ideología de género, omnipresente en el bodrio llamado Educación para la Ciudadanía), sino más bien una postura relativista extrema, según la cual cada individuo puede configurar a su antojo su propia naturaleza, liberándose de supuestos roles culturales y sociales.

Si los derechos humanos pueden ser modificados por conveniencia política o interés particular, ¿cómo podemos esgrimirlos como modelos para otros? En una sociedad multiétnica y plurirreligiosa, la única base para los valores comunes reside en los derechos humanos; si estos derechos no se definen de manera clara, caeremos en un estado de anarquía ética. Pero hoy nos hallamos inmersos en un proceso feroz de redefinición de los derechos humanos. Así, por ejemplo, el «derecho a la vida», piedra angular de la Declaración, se conculca a través de códigos legales que admiten el aborto. El derecho al matrimonio «para todo hombre y mujer» que se contiene en la Declaración se desvirtúa mediante la legalización de matrimonios de igual sexo. El derecho del niño a conocer a sus padres naturales y a ser criado por ellos (o, en su defecto, por los padres adoptivos que restauran sus vínculos de filiación) se conculca cuando los niños ‘nacen’ de donantes anónimos. La Declaración proclama el derecho de la madre y el hijo a recibir una protección social especial, pero la maternidad es fuente de discriminación en los mercados laborales. También proclama, en fin, el derecho a practicar la religión de forma pública, pero el laicismo rampante está obsesionado en relegar su práctica a esferas privadas. Y así podríamos seguir, hasta comprobar que no hay derecho humano que no esté siendo desnaturalizado.

Vemos, pues, cómo triunfa el subjetivismo más absoluto –por no decir el nihilismo– en la configuración de los derechos humanos. Puesto que no hay naturaleza humana precisa, tampoco puede haber derechos humanos precisos, de modo que serán los que determinemos en cada momento, como resultado de un proceso político. Quienes propugnan una definición objetiva de los derechos humanos son tachados de fundamentalistas; y, puesto que no hay un modelo para definir el derecho, el poder mismo se convierte en derecho. Ya no hay una racionalidad ética; es el voto de la mayoría el que en cada coyuntura determina lo que es justo o injusto. Nos hallamos, en definitiva, ante la emergencia de un nuevo totalitarismo, aunque esta vez –a diferencia de los totalitarismos clásicos, tan ceñudos y despóticos– se disfrace de aritmética parlamentaria y filantropía. La satisfacción de apetencias, anhelos, pulsiones, incluso caprichos, convenientemente disfrazada con los ropajes de la emotividad, se erige en coartada para la formulación de nuevos derechos. De los cuales, además, quedan excluidos los nonatos, los ancianos, los enfermos, porque son débiles; esto es, ‘menos humanos’.

Esta desnaturalización de los derechos humanos es, en el fondo, el triunfo de un nominalismo radical. No puede haber –se nos dice– conocimiento de la esencia de las cosas sino a través del nombre que les asignamos. Basta, pues, que cambiemos el nombre de las cosas para que las cosas que existían dejen súbitamente de existir. ‘Familia’, por ejemplo, ya no significa nada en sí mismo, sino lo que nosotros queramos designar como tal. Y el aborto, que antes considerábamos un crimen execrable, podemos configurarlo como sacrosanto derecho, si nos conviene. Terminaremos como empezábamos, citando la Política de Aristóteles: «Las verdaderas formas de gobierno son aquellas en las que el individuo gobierna con la aspiración del bien común; los gobiernos que se rigen por intereses privados son perversos». Y pervierten todo lo que tocan, empezando por los derechos humanos.

> Berria: Homofobia > EVANGELICOS ENTIENDEN LA HOMOSEXUALIDAD "COMO UN DISTURBIO EMOCIONAL" QUE EMPIEZA EN EL FETO

  • El número de evangélicos en Ávila se multiplica por cinco en siete años
  • Entienden la homosexualidad “como un disturbio emocional” que empieza en el feto
  • Avila Digital, 2009-01-04 # Pablo Garcinuño
Aproximadamente unas 500 personas en Ávila capital profesan la religión cristiana evangélica, pasando, en los últimos siete años, de representar el 0,2 por ciento de la población a rondar el 1 por ciento.

En el caso de la Iglesia ‘Luz para los pueblos’, han crecido, en el mismo plazo de tiempo, de 13 a 90 feligreses, e incluso se han visto obligados, por problemas de espacio, a cambiar su sede –de un local en el paseo de Santo Tomás, con capacidad para 45 personas, a otro en la plaza de Italia-.

“Nuestra iglesia está formada en su mayor parte por extranjeros, de unas 17 nacionalidades, la mayor parte latinos”, señala Luis Marcos Moreira Jiménez, pastor de esta congregación. “En los últimos años, con el boom de la inmigración, la iglesia creció bastante”.

Además de ‘Luz para los pueblos’, hay otras tres congregaciones evangélicas con presencia en Ávila. La iglesia de Filadelfia, por ejemplo, se reúne en Tornadizos de Ávila y son de etnia gitana. Con un total de 150 personas, es “la que más está creciendo en España”, afirma Moreira Jiménez.

La Asamblea de Hermanos es la más antigua. Llevan en Ávila casi 30 años y tienen un local en la calle Cardenal Cisneros. Por último, está ‘Monte Sión’, formada por personas de origen rumano que se reúnen en una nave del polígono industrial de las Hervencias. “Muchos de ellos están volviendo a su país, así que de las 160 personas se han quedado 60 y estamos estudiando la posibilidad de unir esta congregación con la nuestra”, afirma el pastor de ‘Luz para los pueblos’.

Homosexualidad, divorcio y aborto
Los evangélicos, también llamados evangelistas o protestantes, mantienen una postura conservadora sobre varios temas. En esta línea, rechazan el matrimonio entre dos personas del mismo sexo y entienden la homosexualidad “como un disturbio emocional que empieza en el vientre de la madre”, afirma Luis Marcos Moreira. “Son resultados de desequilibrios emocionales, como un padre autoritario o agresivo, o una madre que lleva los pantalones”.

“Los homosexuales y lesbianas –continúa- necesitan ser ayudados y tratados, y nosotros tenemos muchas experiencias de personas que fueron recuperados y encontraron su verdadera identidad”.

Respecto al divorcio, “de acuerdo con las palabras de Jesucristo”, solo se permite en caso de infidelidad matrimonial y critican el aborto “porque entendemos que el feto, una vez formado, ya es una vida y cualquier tipo de aborto es criminal”. En este último caso, el pastor de ‘Luz para los pueblos’ pone el ejemplo de una mujer alemana que, tras tener siete hijos con problemas físicos y al estar embarazada del octavo, los médicos le aconsejaron que abortara, pero ella no lo hizo. “Ese octavo hijo fue Beethoven y si hubiera abortado la humanidad hubiera perdido un talento tremendo”.

Diferencias con los católicos
“No es una diferencia de opiniones, sino de estilo de vida”, así describe este evangelista la distancia que le separa del catolicismo. “Un cristiano evangélico es una persona que ha tenido un encuentro personal con Jesucristo, ha nacido de nuevo y su vida ha sido cambiada por el Señor”.

“Nosotros creemos en la salvación por la fe y no por obras, y nuestra liturgia es un culto bastante distinto porque es muy espontáneo, con música y danzas”, añade, señalando que las celebraciones tienen lugar los domingos a las 11 horas y los miércoles a las 20.30. Junto a este servicio, existe la llamada ‘división celular’, que consiste en “descentralizar la iglesia del templo” y visitar las casas de los fieles.

Respecto a la Virgen María, y aunque la reconocen como “una santa mujer escogida por Dios para una misión muy preciosa”, rechazan que “sea una diosa y que pueda escuchar las oraciones de todos” ya que el “único mediador entre Dios y el hombre es Jesucristo”. “María fue un vaso para engendrar a Jesús, porque así como el Espíritu Santo no tuvo la necesidad de utilizar el esperma de un hombre tampoco tenía necesidad de utilizar un óvulo”, dice Moreira Jiménez.

De hecho, según su doctrina, “no hace falta tener un cura para confesarte, puedes hablar directamente con Dios”. A pesar de ello, “la Biblia manda confesar las culpas los unos a los otros, así que cuando ofendo a alguien tengo que pedirle que me perdone, es decir, creemos en la confesión mutua cuando la ofensa no fue apenas para Dios”. Por otra parte, los sacerdotes evangélicos pueden contraer matrimonio, ya que, en su opinión, el voto de castidad católico provoca “problemas de fornicación y escándalo”.

Por último, Luis Marcos Moreira asegura que no quiere “hacer competencia” a la iglesia católica, ya que su objetivo son “los perdidos, las personas necesitadas, como el drogadicto, la prostituta, el alcohólico, la persona marginal”. “Para ello, hacemos trabajo en las cárceles porque creemos que el Evangelio es el poder de Dios para transformar y cambiar las vidas”, añade.

> Berria: Hiesa > "CON EL VIRUS, SE ME ACABARON LOS VIAJES A NORTEAMERICA"

  • "Con el virus, se me acabaron los viajes a Norteamérica"
  • El caso de Ismael, infectado por el VIH
  • El Periódico Extremadura, 2009-01-04
Jamás se hubiera imaginado que el VIH lo alcanzaría a él, una persona excepcionalmente informada y preocupada. Es homosexual, tiene 40 años y nació en Argentina. Dirige su propio despacho de arquitecto en Barcelona. Con frecuencia --antes de tener sida-- viajaba a Nueva York, donde trabaja para algunas empresas.

Ismael --no da su nombre auténtico por temor a perder clientes-- apenas sale a tomar una copa. No va a las fiestas que frecuenta el colectivo homosexual, aunque sí lo hizo una noche del verano del 2007. "Me fui --mantuvo una relación sexual-- con una persona que no sabía que estaba infectada. Bajé la guardia y el control con que había mantenido mi vida se desvaneció". Supo que acababa de infectarse por un fortísimo resfriado que sufrió en pleno verano, que le hizo sospechar. "Vivo atado a los tratamientos, que me alteran el colesterol y el azúcar de la sangre. Cada mes he de ir en busca de los fármacos, con lo que se me han acabado los viajes a Norteamérica". En EEUU no se admite a los seropositivos que viajan al país. Ismael apenas se atreve a comentar con nadie su situación, consciente de que el término sida mantiene casi intacto el estigma y el rechazo que lo embadurnó hace 25 años.

> Berria: Homofobia > ESTADOS UNIDOS: CON OBAMA, EL TABU HOMOSEXUAL EN EL EJERCITO TIENE LOS DIAS CONTADOS

  • Con Obama, el tabú homosexual en el ejército de EEUU tiene los días contados
  • AFP, 2009-01-04
Dieciséis años después de una infructuosa tentativa de Bill Clinton, el ejército estadounidense podría verse forzado en el gobierno de Barack Obama a abrir oficialmente sus puertas a los homosexuales, hasta ahora obligados a callar sus preferencias sexuales bajo pena de ser expulsados de la institución.

"Los criterios clave para servir en las fuerzas armadas deberían ser el patriotismo, el sentido del deber y la voluntad de compromiso. La discriminación debe ser prohibida", según el sitio web del presidente electo, quien está comprometido con reformar la legislación en este sentido.

Poco después de su investidura en 1993, el presidente Bill Clinton ordenó al Pentágono poner fin a la discriminación basada en la orientación sexual para el reclutamiento miliar. La iniciativa fue mal recibida por el estado mayor, la oposición republicana y gran parte de la opinión pública.

Una ley de compromiso, "Don't ask, don't tell" ("No preguntes, no digas"), fue finalmente adoptada permitiendo a los gays y lesbianas integrar las fuerzas armadas con la condición de esconder su opción sexual.

Desde entonces, 12.500 soldados fueron expulsados por expresar su homosexualidad o luego de haber sido denunciados, entre ellos 800 en cargos cruciales -intérpretes de árabe, personal médico, pilotos o agentes de inteligencia-, según la Red de Defensa Jurídica de los militares.

Pero las mentalidades cambiaron y la hora de "salir del clóset" ha llegado, aseguran los partidarios de la reforma.

Un síntoma de estos cambios es que un centenar de generales y almirantes en retiro hicieron un pedido por la abolición del "Don't ask, don't tell".

"Como ocurre en Gran Bretaña, Israel y en otras naciones que autorizan a los gays y lesbianas a servir abiertamente, nuestros militares son profesionales capaces de trabajar juntos pese a las diferencias de raza, sexo, religión y sexualidad", señalaron los signatarios de la petición.

"La manera de abordar este asunto ha evolucionado profundamente, en particular a la luz de nuestras necesidades en materia de seguridad nacional", cuando Estados Unidos libra dos guerras en Irak y Afganistán, según un correo electrónico enviado a la AFP por la legisladorea demócrata Ellen Tauscher, quien defiende una propuesta de ley anti-discriminación en el ejército, y que apoyan 148 miembros de la Cámara de Representantes.

"No debemos descartar de las fuerzas armadas a personas capaces", aseguró Tauscher, recordando que "según sondeos recientes, 75% de los estadounidenses piensan que los hombres y mujeres homosexuales deberían poder servir abiertamente".

La comunidad militar, tradicionalmente conservadora, podría sin embargo poner resistencia. En una encuesta realizada a principios de diciembre por el grupo de prensa estadounidense Military Times con cerca de 2.000 lectores militares activos, la mayoría de ellos (58%) se declaran opositores a la apertura del ejército a los homosexuales.

"Todavía hay gente que prefiere el statu quo. Pero cuando se terminó la segregación en el ejército (1948) no llevó a retiros masivos", afirmó Aubrey Sarvis, director de la Red de Defensa Jurídica de los militares.

Pero el fin de la discriminación hacia los homosexuales en el ejército exigirá un apoyo total de Barack Obama, agregó.

"Sé que esto no es la principal prioridad, lo es naturalmente la economía", dijo Sarvis, pero "necesitamos señales más concretas de apoyo por parte del nuevo gobierno".

"Le tomo la palabra al presidente electo", concluyó, y pronosticó la aprobación de una nueva ley para "fin de 2009 o en 2010".

> Berria: Ezkontza > BOLIVIA: AL MENOS HAY 20 "MATRIMONIOS" ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO

  • La organización Adesproc Libertad los bendice y entrega un certificado simbólico
  • Al menos hay 20 matrimonios entre personas del mismo sexo
  • Las primeras nupcias entre personas del mismo sexo en La Paz se efectuaron en 1995. Desde entonces se celebraron 20, 14 entre hombres y 6 entre mujeres. La Prensa presenció la más reciente de éstas
  • La Prensa [Bolivia], 2009-01-04
Mariana ama a Cristina. Tan segura está de su amor por ella que decidió casarse. Y era además consciente de lo que ello implica: una boda casi clandestina, sin familiares que celebren ese amor. Son lesbianas.

La suya es la boda número 20 entre personas del mismo sexo de las que se tenga registro bajo la tutela y organización de la institución Asociación Civil de Desarrollo Social y Promoción Cultural (Adesproc) Libertad, que es un referente de la comunidad gay, lésbica, bisexual y trans (GLBT) en el departamento.

Adesproc Libertad celebra las uniones entre personas del mismo sexo desde 1995 en La Paz. Y fue justamente el representante de esa entidad Alberto Moscoso quien ofició la unión de Mariana y Cristina, el sábado 27 de diciembre de 2008.

En abril de 2001, Holanda fue el primer país de la historia en dar legalidad a la unión entre gays y lesbianas, pues aceptó el matrimonio civil. Por la Iglesia, ni hablar. En Latinoamérica, Colombia y Uruguay son las dos naciones que sí aceptan uniones entre personas del mismo sexo. En Bolivia, éstas no son legales.

Por eso, matrimonios entre personas del mismo sexo son “simbólicos” en el país. Moscoso explica las motivaciones: “Lo realizamos, primero, porque creemos que todas las personas tenemos derecho a todo, y queremos demostrar ese amor a la sociedad. Pero también porque tenemos la esperanza de que, mediante el Plan Nacional de Derechos Humanos que se está trabajando en el Ministerio de Justicia, el matrimonio entre personas del mismo sexo cobre legalidad en un tiempo”.

Ese proyecto de normas al que hace referencia Moscoso incluye a la Ley del Concubinato, la que, de ser aprobada con el Plan Nacional, sería la primera norma que dé “luz verde” a estas uniones.

Casarse sólo por amor
Ni Mariana (30) ni Cristina (30) son los nombres verdaderos de ellas. Mariana, quien invitó a La Prensa a su casamiento, pide que se guarden sus identidades.

La petición se debe a que, más allá de haber sentido el rechazo de personas con las que creció y ama cuando se enteraron de su matrimonio con una mujer, sabe que si muchos se dan cuenta de que son ambas compañeras de vivienda y de vida pueden complicar su situación en el trabajo y en sus respectivas familias e incluso entre otros espacios.

Mariana y Cristina son la sexta pareja de lesbianas que contraen matrimonio de las que Adesproc tenga registro, mientras que hasta este año fueron 14 parejas de hombres que contrajeron nupcias.

Cada vez se da con mayor frecuencia, cuenta el representante de Adesproc Libertad. El primer año fue casi una osadía: “Fue una pareja de gays que aún sigue junta”. Y destaca que ninguno de los matrimonios se separó.

Mariana explica el motivo: “A diferencia de muchas parejas heterosexuales, el matrimonio entre gays o lesbianas cobra más fuerza, porque no nos casamos porque una esté embarazada de la otra, por ejemplo. En este caso, nunca es por obligación. Pero no sólo que nada nos obliga, sino que todo está en contra de que confirmemos nuestro amor y compromiso en la relación ante la sociedad”.

“Claro, puede ser 20 el número de parejas gays o lésbicas que se casaron con la ayuda de Adesproc, pero no se sabe cuántas bodas más entre personas del mismo sexo se celebraron en el país ni siquiera en el departamento. Es que el matrimonio es muy subterráneo”, comenta Mariana, quien desconocía que desde hace 13 años que Adesproc Libertad celebra matrimonios entre personas del mismo sexo en la ciudad de La Paz.

Moscoso explica por qué las uniones entre mujeres son menos: “El movimiento lésbico aún no se muestra tan grande, numéricamente hablando, como el gay. Además, los gays fueron quienes, históricamente, visibilizaron con mayor fuerza esa realidad”.

Asunto de papeles
“Tú tienes que ser lo que tú quieras ser”, es parte de la letra de la canción Everything is possible (Todo es posible), de Fred Small.

La canción es un himno a la libertad. Y se incluye en el documento matrimonial que Adesproc Libertad diseñó para sentar precedentes de cada pareja casada. Más allá del peso simbólico, el texto se firma con la esperanza de que se cambie el marco normativo para dar visto bueno a estas uniones en el país.

Alberto Moscoso explica que el papel que firman los recién casados especifica la fecha en que las personas del mismo sexo comienzan su convivencia. El Plan Nacional de Derechos Humanos incluye la Ley del Concubinato, que, según explica el impulsor de esos matrimonios, podría dar curso legal a estos casamientos, porque reconoce la unión de hecho entre personas del mismo sexo.

Así, las uniones certificadas por Adesproc Libertad pueden tramitar su reconocimiento legal después de dos años de convivencia, o sea, el documento de Adesproc certifica la fecha del enlace.

“El primer texto de la nueva Constitución incluía la posibilidad de las uniones entre personas del mismo sexo, mientras que el último es una traición”, ya que el documento especifica los términos “hombre y mujer”.

En el artículo 63 del proyecto constitucional se aclara: “I. El matrimonio entre una mujer y un hombre se constituye por vínculos jurídicos y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los cónyuges”.

Continúa en el parágrafo II: “Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.

Mariana no duda en decir que ama a Cristina y que espera morir a su lado. Como una muestra de eso, en vez de ir a una fiesta a un lugar exclusivo de la comunidad GLBT, prefirió entrar en 2009 descansando y abrazada a su Cristina.

Negaron su boda para evitar el rechazo de sus familiares, pero igual se casaron
Mariana cambió, a última hora, el local de su matrimonio con Cristina, porque su abuela se enteró de que se casaría con otra mujer y armó un alboroto. Calmó a la anciana que ama y con quien se crió, negó la boda y rechazó su lesbianismo ante su abuela llorosa. Pero eso no la detuvo.

El sábado 27 de diciembre por la tarde, vestía traje y corbata. Ella no suele usar ropa formal, pero sí le gusta cuidar su imagen. Parecía un muchacho de no más de 24 años, aunque es una mujer de 30. Cristina, su pareja, estrenó el vestido beige de novia. Largo y con encajes, como lista para posarse en el altar. Ambas estaban nerviosas antes de la ceremonia. Los invitados comenzaron a llegar a las 16.00 a la casa donde ambas viven desde hace un año y ocho meses. La celebración se extendió hasta la medianoche.

El representante de la institución Adesproc Libertad Alberto Moscoso ofició la unión: la marcha nupcial sonó cuando Cristina salió de la habitación en que una pareja gay la había maquillado. Estaba hermosa. Otro gay fue portaaros. Los amigos eran un grupo de personas que aplaudía esa unión y que representaba a la diversidad: parejas gays de uno y otro sexo, una bisexual, parejas de heterosexuales y buena música para bailar. Pero ningún familiar.

Algunas ausencias en la boda
Mariana narra: “Mi hermana debía ser portaaros, mis primos se ofrecieron de padrinos de bebida y alguno de torta. Pero al final, para que mi abuelita no se sienta mal porque se enteró de las nupcias, tuve que decir que se anulaba todo. Pero sí me gustó que antes de que mi abuela se moleste y arme un problemón toda mi familia se alegró y me apoyaron”. Con Cristina es diferente. Sus padres ignoran por completo que la amiga con la que vive su hija es en realidad su pareja. Ignoran que se casaron. Su nueva esposa cuenta que eso la tenía triste hasta un día antes de la boda. Pero ya no lo está, porque ambas sabían que su felicidad implicaba ese tipo de pérdidas.

La invitación fue delicada, en papel café, con un rosón envolviendo el sobre. Y el texto lleva frases que no son comunes: “Nuestro mejor capital es el amor que nos tenemos” y “lo esencial es invisible a los ojos”. Da la dirección del acontecimiento, pero no lleva los nombres de ellas ni de sus padres. Es un papel lleno de amor, pero sin identificaciones.

Ellas se conocieron hace más de dos años y fueron pareja de inmediato. Comenzaron a vivir juntas hace un año y ocho meses, lo que las habilitó para contar con el apoyo de Adesproc, ya que Mariana dice que uno de los requisitos que exige esa institución que congrega a la comunidad gay, lésbica, bisexual y trans (GLBT) es que quienes decidan comprometerse deben convivir por lo menos un año.

La familia y el amor
Hace cuatro años, Mariana ya comentaba que el nacimiento de su sobrino la había conmovido. Entonces, ya se cuestionaba el hecho de que por su condición de lesbiana tal vez nunca pueda tener un hijo. “Con Cristina hablamos del tema al decidir casarnos, y ella está convencida de que quiere ser madre, no sé cómo vamos a hacer. Pero creo que la respuesta la hallaremos con el tiempo y los amigos nos ayudarán”.

Mariana está segura de que Cristina será una excelente madre, pero cree que con las dos juntas, tal vez, el hijo que tengan —por el medio que sea— puede sentirse confundido por crecer entre dos mujeres: “O peor, digamos que lo fastidien al saber que sus madres son lesbianas, o cuando sea el Día del Padre. No quiero que se sienta mal”.

Datos en el mundo sobre gays y lésbicas
El primer país en aceptar matrimonios entre personas del mismo sexo fue Holanda.
La legalidad fue anunciada en abril de 2001 en el país del continente europeo.
En Latinoamérica son dos las naciones que permiten esa unión.
Colombia lo permite desde 2007 y Uruguay dio curso el año pasado, 2008.
Desde 1995, Adesproc tiene registro de las bodas entre gays y lesbianas.
14 son entre parejas de hombres y seis de mujeres, la anterior boda fue en diciembre.

Ilegalidad
La Constitución vigente no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El proyecto de Constitución tampoco lo admite, pese a los pedidos de organizaciones.
Adesproc Libertad espera que el tema sea incluido en la Ley del Concubinato.
Esta institución entrega certificados simbólicos como aval de las uniones.

> Berria: Trans > ANTONY HEGARTY: "HAY POCOS LUGARES DONDE HABLAR A CORAZON ABIERTO"

  • "Hay pocos lugares donde hablar a corazón abierto"
  • Antony & The Johnsons vuelven con 'The Crying Light' tras vender medio millón de copias de su trabajo anterior
  • Público, 2009-01-04 # Jesús Miguel Marcos • Madrid
Si no fuera por sus gestos amanerados y su delicadísimo, casi imperceptible tono de voz, Antony Hegarty podría pasar por un luchador de sumo. Arrastra a saltitos su cuerpo paquidérmico por la entreplanta de un céntrico hotel madrileño, saluda con un Hi que parece un suspiro entrecortado y se deposita orondo en una silla con la gracilidad de una pluma. Entonces piensas que en algún momento de esta coreografía le has estrechado la mano y has sentido que apretabas una esponja.

Para nosotros, es decir, para el público, todo comenzó hace cuatro años, cuando Antony & The Johnsons los Johnsons son su grupo de acompañamiento publicaron I am a bird now (Secretly Canadian / Green Ufos, 2005). Un disco colosal, esa clase de trabajo que parece no proceder de ningún lugar físico, ni haber sido registrado en un tiempo que puedas determinar con la referencia de año, mes y día. En su interior, una voz que sin rubor calificamos de celestial, desgranaba versos sangrantes como este: "Algún día creceré / y seré una mujer bella / algún día creceré / y seré una chica bonita / pero por ahora soy un niño / por ahora soy un chico". Antony es transexual.

Capaz de cantar eso y así, de reconocer de una manera tan cruda el horror del presente mientras parece cegado por la luz de la esperanza, de convertir una realidad dramática en una saltarina canción de niña, Antony dice cosas como estas cuando habla de su música: "Se trata de expresar emociones y sentimientos. Realmente, en este mundo es difícil encontrar lugares donde poder hablar a corazón abierto. No existen canales para ese tipo de comunicación, ni en la escuela, ni siquiera en la familia. No nos damos cuenta de lo que nos falta, del potencial que no empleamos. Y la comunicación es cada vez más difícil".

A continuación, rememora la época en que, de niño, iba a visitar a su abuela en Londres. Se sentaba toda la familia en la cocina y allí bailaban, cantaban, tocaban instrumentos... "La cosa más natural del mundo para un ser humano es expresar con el canto el gozo de estar vivo". Más fuego.

A muchos les sorprendió que I am bird now ganara en 2005 el Mercury Music Prize prestigioso galardón que premia al mejor disco británico del año, ya que Antony había hecho su carrera en Nueva York. Pocos sabían que sus orígenes estaban en Chichester, una localidad de poco más de 20.000 habitantes en el condado de Sussex, al sur de Inglaterra. En esta ciudad, famosa por su bella catedral, Antony recibió una educación católica que chocaba frontalmente con su conflicto interior: ser chico, sentirse chica. "Me sentía como un alienígena procedente de otro planeta", dice.

Cambia tu vida, date la vuelta
El pequeño Antony tenía un olfato especial para la cultura underground. Su familia vivió en distintas ciudades de Europa y pasaba largas tardes viendo programas de televisión con su canguro. Una de esas tardes sufrió un auténtico shock al ver a Boy George en Top of the Pops. "Aquello fue el triunfo de una vulnerabilidad invencible. Me di cuenta de que la música es lo suficientemente poderosa como para cambiar la vida de alguien. Al menos, esa es mi experiencia", recuerda Antony.

A principios de los noventa, tras ser rechazado en el Royal College of Art de Londres, Antony ingresó en la Universidad de Nueva York. Su hogar, sin embargo, lo estableció en los clubs Pyramid y Limelight, donde actuaba a menudo. "No fue una etapa oscura. El hecho de llevar una vida de noctámbulo no fue negativo. Tienes que saber las cosas que quieres evitar, que no tienen sentido para ti", explica el cantante.

Tras un intento frustrado de crear un grupo de teatro, en el año 2000 logró publicar su primer disco, que había grabado en 1997. Este primer trabajo casi no tuvo repercusión, pero a partir de 2003 empezó a recoger los frutos de los años de trabajo. Lou Reed le llamó para hacer coros en su disco de homenaje a Edgar Allan Poe, The Raven, y el cabecilla de la escena neofolk, Devendra Banhart, incluyó una de sus canciones en un recopilatorio de artistas emergentes.

Al año siguiente, un pequeño sello independiente americano, Secretly Canadian, fichó al cantante con cuerpo de gigante, voz de ángel y alma de mujer. "Intento manejarme con cautela en el negocio de la música. Sigo en mi compañía porque es pequeña y confío en la gente que la dirige". El balance de cuentas de Secretly Canadian en 2005 fue de susto: I am bird now despachó medio millón de discos en todo el mundo.

"El hacerme consciente de que ahí fuera había una audiencia es una experiencia muy rara, pero increíble. Para mí, es importante tocar en directo, porque es cuando entablas esa relación con la audiencia. Con el público se crea una especie de diálogo invisible, un intercambio de energía en el que también es importante el espacio donde estás tocando", explica Antony, casi susurrando.

Todos estos ingredientes han elevado las expectativas del público ante su nuevo álbum, The crying light (Secretly Canadian / Popstock!, 2008), que se publica el 19 de enero. Lo ha grabado durante los últimos dos años en su estudio de Nueva York, donde Antony lleva una vida muy conservadora según dice él mismo, pintando, cantando y haciendo vídeos.

Él mismo desvela algunas claves del álbum: "The crying light habla de mi relación con la naturaleza y los elementos.

También sobre la crisis climática, el daño que el ser humano puede hacerle a algo básico y elemental como la naturaleza. También trato de encontrar mi reflejo en el mundo que me rodea, sentirme menos solo, más conectado con los otros. Tengo una constitución muy diferente a la del resto de la gente, pero ahora me siento mucho más confiado con mi condición de persona transexual".

Antony se aleja de los conflictos de identidad sexual y entrega su pluma a una diosa naturaleza preñada de espiritualidad (aunque esta palabra no parece que le guste demasiado). En One dove, uno de los temas más destacados del disco, suplica que una paloma le traiga paz y misericordia. "One dove se refiere a la llama que todos tenemos dentro, que nos ayuda a orientarnos hacia el gozo. Para mí paz significa equilibrio. En época de grandes cambios, siempre vas buscando ese equilibrio, esa paz", desmenuza Antony.

La canción Another world, publicada en un EP meses antes de este lanzamiento, hace referencia a la crisis ambiental del planeta, asunto del que Antony habla con gran urgencia, llegando a elevar la voz a un volumen normal: "Estamos perdiendo la perspectiva de lo importante que es abordar la situación. En el futuro mirarán a nuestra generación como nosotros miramos ahora a los nazis. No entendemos cómo se comportaron de aquel modo, y a nosotros no nos entenderán tampoco cómo descuidamos la naturaleza".

Antony & The Johnsons presentarán The crying light en Barcelona (15 de abril), San Sebastián (5 de mayo), Murcia (7 de mayo) y Madrid (11 de mayo).

> Berria: Erasoak > ALEMANIA: EL MONUMENTO A LA MEMORIA HOMOSEXUAL DEL HOLOCAUSTO SUFRE UN ATAQUE VANDALICO

  • En Berlín, monumento gay sufre ataque vandálico
  • Universo Gay, 2009-01-04 # Valentina
El monumento a la memoria de los hombres gays muertos durante el Holocausto sufrió un ataque de vándalos por segunda vez en cuatro meses.

El monumento memorial está situado en el parque berlinés Tiergarten, cerca de la puerta de Brandenburgo y del lado contrario del memorial judío del Holocausto.

El monument fue develado en mayo pasado y consiste en un bloque rectangular gris de cuatro metros de largo. En uno de sus lados hay una pequeña ventana a través de la cual los visitantes pueden ver una fotografía artística en blanco y negro de dos hombres besándose.

“Un simple beso podia meterte en problemas”, se lee en la inscripción. La ventana fue destruida en el último ataque.

Los datos históricos apuntan a que entre 45,000 y 100,000 homosexuales alemanes fueron arrestados bajo el dominio nazi entre 1933 y 1945. Cerca de 10,000 de ellos murieron en los campos de concentración. Muchos de los supervivientes, lejos de ser liberados, fueron transferidos a prisiones. Las leyes contra los gays en Alemania permanecieron vigentes hasta 1969.

Fue solamente hasta el 2002 que el parlamento alemán hizo público el formal perdón para cualquier gay convicto por los nazis y en el 2003 aprobó la construcción del monumento memorial.

Las víctimas homosexuales de la Alemania Nazi permanecieron excluidos de los procesos públicos y de los actos de remembranza por las pasadas injusticias hasta tiempos muy recientes y se les ha denegado compensación económica por los sufrimientos padecidos bajo el dominio nazi.

A pesar de que existen numerosos monumentos a las víctimas gays del Holocausto, “el de Berlín tiene un importante valor simbólico” anotó ILGA-Europa en la declaratoria que se hizo durante su develación.

"Está en el centro de la ciudad donde hace décadas las políticas de exterminio de las personas homosexuales, así como de judíos, gitanos, testigos de Jehová y disidentes políticos, fueron concebidas y las condenas a muerte ordenadas" dice la declaratoria inaugural suscrita por ILGA.